Renfe instala tornos en el acceso a Fuencarral desde la estación de Ramón y Cajal

La operadora está instalando un nuevo acceso con tornos desde el polígono industrial de Fuencarral. 

Renfe, gestor de las estaciones del núcleo de Cercanías de Madrid, continúa su plan para la instalación de tornos de acceso en todas las estaciones madrileñas y ha creado un nuevo acceso a la estación de Cercanías de Ramón y Cajal.

El acceso, que tiene forma de “caja de zapatos”, tendrá un diseño acristalado y contará con varios tornos de acceso, uno de ellos adaptado a las personas con problemas de movilidad, así como máquinas de autoventa.

Con este nuevo acceso, Renfe suprimirá el acceso directo desde la calle La Estrada que existía previamente con el objetivo de llevar un mayor control de la validación de los pasajeros.

Una estación hospitalaria sin adaptar a personas con problemas de movilidad

Parece tercermundista, pero no lo es. El apeadero de Cercanías de Ramón y Cajal recibe un flujo muy importante de pasajeros debido a su privilegiada ubicación junto al Hospital Ramón y Cajal, lo cual le permite ser el primer medio de transporte en número de viajeros a esta estación.

Sin embargo, la ubicación del apeadero, en curva o la ubicación de varios edificios del complejo hospitalario en el recinto de la estación no han permitido la instalación de dos ascensores para cruzar entre andenes. Además, la estación está elevada sobre el nivel de la calle y tiene un muy mal acceso para personas con movilidad reducida.

A esto se suma el hecho de que solo un tercio de los trenes que Renfe utiliza para la prestación de los servicios y que circulan por Ramón y Cajal están adaptados para personas con movilidad reducida.

Mientras que la serie 465 ‘Civia’ sí está adaptada, el resto de trenes, más antiguos (series 446 y 450) no están adaptados, que sumado a la distancia que se produce entre coche y anden al estar la estación en curva, puede llegar a suponer un grave obstáculo para personas mayores, al haber más de medio metro de distancia desde el borde del andén al primer escalón del coche.

La estación de Ramón y Cajal precisa de una remodelación muy importante que permita, como poco, lavar su cara (la estación está muy degradada y sucia, así como la falta de luces se hace patente), adaptarla a personas con problemas de movilidad y aumentar su pasillo inferior. En una segunda fase, la estación debería proceder a soterrarse para, junto al tramo por la colonia Virgen de Begoña y hasta la entrada a Chamartín, poder dejar de ser una barrera física entre ambos barrios.