Separatismo y otras drogas

Los separatismos simbolizan ideas románticas, de pertenencia y amor, que enmascaran numerosas mentiras. Y estos engaños se dirigen a palpitantes sentimientos nacionalistas, privilegios exclusivos y, en especial, a mejoras económicas. Artur Mas y Oriol Junqueras, costaleros del independentismo catalán, se afanan en decir que España les roba la mítica cifra de 16 mil millones de euros. Sin embargo, Josep Borrell, exministro de Obras Públicas con Felipe González, se encarga de rebatirlo.

Admite que “Cataluña tiene un déficit fiscal superior al que resulta de un razonable efecto redistributivo con el resto de España. Pero la diferencia es, en el peor de los casos, del orden de 1,5 % del PIB; no 16.000 millones, sino 3.000”. Y se añade la versión de la lógica: Cataluña aporta a la Hacienda central más recursos que servicios recibe porque la renta per capita catalana es superior a la española, y nuestro sistema fiscal es progresivo. Así, Borrell y Joan Llorach destapan la primera gran mentira del desafío secesionista, que amplían en el libro “Las cuentas y los cuentos de la independencia”.

Mas y Junqueras fabulan con que la comunidad internacional reconocería su declaración unilateral de independencia, pero su futuro en este aspecto sería incierto. No sufren de marginación por la población española ni cuentan con un pasado de país colonial, oprimido por las dictaduras. Además, están sujetos a una Constitución, calcada a la de Alemania, Francia e Italia, países que no lo apoyarían. Esto supondría el rechazo a una entrada automática a la Unión Europea, con los costes que ello conlleva. Para más inri, Borrell argumenta que “el Comité de las Regiones dijo en abril de 2015 que en el caso de que una región europea obtuviese la independencia, tendría que solicitar su adhesión como miembro de la UE y esta requeriría un acuerdo unánime”.

La salida de la Unión Europea significaría un coste económico monstruoso, como ya se puede comprobar con el Brexit. Las relaciones comerciales, de vital importancia en Cataluña, sufrirían heridas irremediables y las pérdidas podrían alcanzar cifras billonarias. George Osborne, ministro del Tesoro británico, adelantó un esbozo de presupuesto de emergencia tras el Brexit que incluía un aumento de impuestos equivalente a 15 mil millones de libras. Asimismo, Escocia emerge como otro ejemplo de independencia altamente costosa a niveles económicos. El NIESR calculó que los escoceses deberían asumir la carga de 180 mil millones de euros de la deuda acumulada por el Reino Unido.

La ruptura separatista contiene, sin duda, elevados costes económicos ocultos entre la mentira.


Fotografía: Juan en Flickr bajo licencia CC 2.0