Con el pie izquierdo

Keirsten Marie / Flickr

Miércoles. Su día favorito de la semana. 08:32. Suena el despertador. Pisa el suelo con el pie izquierdo. Salta y apoya el derecho antes de que sea demasiado tarde. Lo es. Esta semana el miércoles no va a ser su día preferido. Son las 08:35 y ya lo sabe. Porque al levantarse ha pisado con el pie izquierdo primero. Es supersticiosa. Mucho.

Belén ha desayunado ya, se ha puesto su vestido de los miércoles y no para de mirarse el pie izquierdo maldiciéndole. ¡¿Cómo se le ocurre adelantarse al derecho y llegar antes al suelo?!

Hoy va a ser un día tan malo que ni se le ocurre coger el coche para ir a trabajar. Así que se ahorra el maquillarse esta mañana y con los minutos que gana calcula que le da tiempo a llegar en autobús. Total, si con la mala suerte que va a tener seguro que Alberto se ha puesto enfermo hoy y no va a trabajar. Y entonces no le verá, él no le invitará a un café y ella no se pondrá nerviosita perdida como el resto de días (Alberto, a ver si la invitas a cenar de una vez).

Vamos, que Belén hoy no se maquilla y va a trabajar en autobús, que por lo menos su pie izquierdo no tiene que estar pendiente de ningún pedal.

De camino a la parada hoy no saluda a Enrique ni se para a preguntarle a Daniel por su mujer. Y eso que Belén siempre que pasa por delante de la panadería se para en la puerta para oler el pan recién hecho. Y Enrique, que es el panadero, siempre le regala un croissant porque le divierte mucho la cara que pone Belén al oler el bollo.

Y eso que Belén siempre que pasa por delante del kiosco de Daniel le pregunta por su mujer. Y hoy Daniel quería contarle que por fin se ha recuperado.

Pero hoy, como no va a ser un buen día, ni croissant ni buenas noticias para Belén. Y eso le hace llegar más enfadada a la parada del autobús. Maldito pie.

Se sienta con la pierna derecha por encima de la izquierda. Para que sufra su pie izquierdo. Porque ha convertido su día favorito de la semana en el peor. Y llega a su parada. Y se baja del autobús sin despedirse del conductor. Y Belén siempre se despide de los conductores de autobús.

De tanto mirarse el pie de repente se encuentra en el suelo un billete de color naranja. Y Belén no se lo puede creer. Y adivinad con qué pie lo está pisando. Exacto. Con el izquierdo. Y Belén se agacha. Y justo hay alguien más agachándose a recogerlo. Y lo mira. Y es Alberto. Alberto está mirando su pie izquierdo. Y de repente se siente la Cenicienta. A lo mejor hasta se compra un zapato de cristal para el izquierdo. Pero ya mañana. Hoy decide que invita ella al café. Y está convencida de que cenará con Alberto esta noche. Y mañana, a las 08:32, se va a asegurar de poner el pie izquierdo en el suelo primero.

 

Autora: Lara Moya