Ruedo XIV

-Revolución: Si me preguntaran por el gran cambio de mi presente diría revolución. La que nos afecta a todos, la tecnológica y la feminista. Esta última ha aflorado aún más recientemente, con el asesinato de Diana Quer y los vestidos de los Globos de Oro. El feminismo está logrando cambios sensacionales, pero continúa lejos del triunfo. Porque cualquier cambio necesita tiempo en las mentes y porque este cambio nos afecta a todos, no solo a las mujeres. Para que el feminismo prospere es esencial que el hombre se adhiera al movimiento, y que las mujeres lo compartan, para que la sociedad sea nuestra y no de unos.

-La clave: Tras varios años de sucedáneos del programa, ha vuelto la original receta del éxito: Operación Triunfo. Gracias a que muchos adolescentes no lo vivieron en su pasado, por prematuros, han cogido OT con las ganas de la primera vez. Y está triunfando, también por el formato, pero sobre todo por las personas. Con un Risto de plastilina, llamado Joe; un inesperado presentador espectacular, Roberto Leal; y una estrella inédita, Amaia, por su talento innato y su extrema naturalidad, que embelesa. El éxito inequívoco es que lo comenta toda España, la que lo odia y la que lo ama, anestesiada de empalago.

-Drogas: Como casi todo lo blanco, el Madrid es una droga. Con sus dos fases: el éxtasis y el infierno. Imprevisible, intenso y perjudicial. Tras tres Champions en cuatro años y una temporada de cinco títulos ha llegado la angustia. La solución es la paciencia, y qué os voy a contar, yonkis madridistas, con lo jodido que es esperar. Al otro lado, el Barça nunca será una droga, pero tiene al mejor camello de la historia.

-La nieve: Este año los Reyes Magos pasaron del carbón y buscaron un regalo más doloroso para España, porque nos hemos portado mal. A los listos se les ocurrió traer nieve, y paralizaron el tráfico de un día tan marcado como el 6 de enero. Así, provocaron el contratiempo que más rabia produce: chafar planes. Algunos se quedaron sin horas para estudiar sus examénes, otros con besos aplazados para sus parejas y todos con un enfado sin espacio para chillar. Un lamentable antídoto al frío.

-Ganar: El Adarve perdió ayer en casa del filial del Atlético de Madrid en un partido justo pero infeliz. Porque ganó quien más goles marcó, pero no el conjunto que mejor jugó. Al acabar el choque, Víctor Cea, el chamán de los del Barrio del Pilar, salió triste, y a los que le vimos nos extrañó. Porque en cada jornada el Adarve demuestra ser una máquina de competir. Sin embargo, a Cea no le basta. Después de competir hay que ganar. Y Cea quiere ganarlo todo.

 

Fuente Imagen: El País