El conflicto entre lo clásico o establecido y lo nuevo o indie. ¿Tiene alguna solución?

Una eterna discusión que se da en la práctica totalidad de ámbitos, tan extendida como falta de un consenso definitivo. ¿Habrán encontrado la respuesta los jugadores de rol?

Es casi imposible dar con una solución que satisfaga a todo el mundo, aun en los casos en que los implicados buscan pasárselo bien, empeño con el cual interfiere el amargo gusto por discutir. Cuando hablamos de hobbies esto es bastante grave, puesto que no resulta fácil disfrutar de una afición, ni siquiera si esta nos apasiona, al estar peleando con alguien por ver qué opinión es más válida que otra. Discusión absurda, ya que hablamos de gustos y en gustos personales todo es igual de válido.

Como el rol es una afición que concentra a tantos adeptos y en la cual prima el deseo de llevarse bien, colaborar y divertirse en compañía, hemos preguntado a los expertos roleros de juegosdemesayrol.com, y resulta que en foros roleros hace casi una década que se propuso una solución: clasificar las cosas (en ese caso los juegos de rol, claro) en sabor a fresa, sabor a kiwi, o sabor a uno de ellos con un poco del otro. Para ser más exactos y dar al César lo que es del César, el ideólogo de esta curiosa manera de diferenciar lo uno y lo otro fué un administrador del foro SPQrol, de nombre trukulo.

Más adelante profundizaremos en esta clasificación, pero primero queremos compartir contigo las conclusiones a las cuales hemos llegado conversando con nuestros amigos de juegosdemesayrol.com. La charla, como es natural, giraba en torno a dichos juegos, pero los puntos a los que se han llegado durante la misma son aplicables tanto en dicho ámbito como fuera de él.

Ventajas del clásico sabor de la fresa

Una de las cosas que aporta lo clásico, o lo establecido, es la seguridad. Si se ha llegado a establecer es porque su manera de funcionar, sus mecánicas por así decirlo, van bien. Ofrece la certeza de que, aplicándolo de forma correcta, los engranajes van a girar. Esto es algo muy positivo para un principiante, ya sea en el rol o en otro medio cualquiera, ocioso o profesional.

También, al llevar un tiempo reconocido, se habrá extendido, gracias a lo cual existirán muchas utilidades, técnicas, etcétera derivados de ello, con lo cual será bastante “completo”. En términos de rol, esto supone más reglas opcionales, así como más módulos y aventuras pregenerados, que facilitarán la tarea al narrador novel que se esté iniciando en eso de dirigir una partida.

En resumen, por regla general lo clásico es fácil de encontrar y conocer, presenta tanto información como técnicas cuya validez está demostrada, y permite caminar sobre seguro, sin renunciar por ello a la calidad y, en el ocio, a la diversión.

Ventajas del novedoso sabor del kiwi

Al ser bastante experimental, invita mucho a improvisar e idear tus propias formas de hacer las cosas. En ámbitos como el rol esto siempre es una opción favorecida, pues dicho hobbie se encuentra estrechamente vinculado a la imaginación y la creatividad, pero no podemos negar que recorrer caminos que pocos han explorado antes que tú resulta emocionante en casi cualquier situación.

Además, las cosas que sí se hayan creado habrán nacido de perspectivas poco habituales y medios osados, lo que en ocasiones da lugar a auténticas maravillas, de esas que te hacen “estallar la cabeza” en un muy buen sentido. Es decir, que causan el típico “¿de verdad se podía hacer así/eso?”. Descubrir cosas nuevas da una gran satisfacción a las personas, ya que la curiosidad y el deseo de conocer están impresos en nuestra más elemental naturaleza.

En pocas palabras, aporta varias cosas de gran valor, en la vida, en el ocio, en el rol…trae consigo frescura, experimentación y nuevas formas de ver y hacer algo. Todos ellos aspectos, como decimos más arriba, muy apreciados por nuestra inquieta manera de ser.

¿Qué significa la clasificación de los juegos fresa y los juegos kiwi?

El internauta al que debemos esta interesante idea, trukulo, buscaba algo que dejara atrás las connotaciones negativas que la gente terminaba desarrollando al escuchar conceptos como “clásico” o “indie”. Para ello pensó en utilizar sabores de piruleta. ¿Por qué? Porque en lo que se refiere a sabores no hay nada escrito. No hay uno mejor que otro, salvo atendiendo a la preferencia personal. Pero no son muchas las personas que discuten acaloradamente sobre si, digamos, el zumo de piña es “mejor” o “peor” que el de naranja.

Por eso ideó este curioso modo de hacer “borrón y cuenta nueva”. Así no hay conflictos, no hay asociaciones que se enfrenten. Tan solo sabores, pudiendo gustarnos ambos, uno solo, o uno más que otro. No hay pelea, y esa es la mejor forma de resolver un enfrentamiento: centrarse en acabar con la discusión, no con el que tenemos enfrente. Imaginando las opciones como piruletas, lo cierto es que cuesta enfadarse.