Ruedo VII

Líderes: Volviendo de viaje en coche y escuchando la radio me di cuenta de que ahí fuera hay peligro. Miré por las ventanas y adiviné que estaba lejos, en un lugar diminuto. Pero les vi. A Erdogan, que se afianza en Turquía. A Trump, perdido en su locura. A Putin, el tirano. Y a Kim Jong-un, más loco que Trump. Los fanfarrones ya cuidan del polvorín y el mundo avanza, con el retroceso de sus líderes.

Evidencias: Los autobuses se han puesto de moda para evidenciar la rendición. Hazte Oír lanzó el suyo por su rabia y crítica inútil ante la evolución del ser humano, que se siente lo que quiere, imparable. Y Podemos continuó la tendencia para transmitir su verdad: no han sido capaces ni de renovar la sociedad ni de combatir la corrupción. Porque la corrupción somos todos. Para cerrar el círculo, Florentino Pérez será el siguiente en cargar su autobús, vetando a Messi.

Hay Champions: Ya es costumbre, en Madrid no se juega al fútbol, se juega a la Champions. Merengues y colchoneros solventaron sus eliminatorias y chocarán en semifinales, antes de que sea demasiado tarde. Vidal, un erudito del balón que se dejó tatuar el cuello, fue el culpable del pase del Madrid y no los árbitros, con los que se intentó tapar. Por su parte, los de Simeone superaron al Leicester destapando una certeza: solo en Grecia el alumno superaba al maestro.

Corruptos: Ignacio González y la dimisión de Esperanza Aguirre alargan la estirpe del mal español: la corrupción, el lamentable derivado de la picaresca, también nuestra. Este mal hiere al origen y al destino de la democracia, la creencia de la gente. Y si la gente ya no cree el sistema no tiene sentido. La Política ha quedado para bajezas, estirar el poder de los poderosos y sedar al resto.

Europa respira: Parece que Emmanuel Macron será presidente de Francia y se impondrá a Marine le Pen. El candidato de centro es el consuelo a los extremos que habitan en el caos y el salvavidas de la Unión Europea, que va de tiritona en tiritona. Le Pen, por su lado, ha conquistado a las clases populares con un discurso ultranacionalista y primitivo, que culpa a la inmigración y es sinónimo de peligro. Nunca sale nada bueno de la indignación ni del pensamiento negativo.

Y hay Liga: El Madrid es un equipo irremediable que nació sin cordura. O gloria o llanto. Y ayer de nuevo se comprobó. Sin gloria, porque toda se la quedó Messi, los de Zidane necesitaban la templanza de la razón, para administrar sus ventajas y conservarse. Pero eso aquí no existe. Con uno menos y habiendo conseguido un empate de oro, el Madrid siguió empecinado en buscar la gloria en un saque de banda en contra desde campo rival. En el último minuto. Y Messi, la única kryptonita blanca convirtió el exceso en gol, en llanto. Y en Liga.

 

Fuente imagen: Diario ABC