Cuenta atrás para la puesta en marcha de la nueva legislatura municipal en la que, a cuatro días de la votación, todavía no se sabe quién asumirá la vara de mando de la alcaldía más importante del país. Fuencarral y Hortaleza serán fundamentales en la negociación del gobierno de derechas que llega a Madrid.
Madrid votó el pasado 28 de mayo y otorgó su confianza al bloque de derechas. Dos semanas después, los partidos que lo conforman (PP, Ciudadanos y Vox) siguen sin ponerse de acuerdo. Pese a que Manuela Carmena fue la candidata más votada, su imposibilidad de formar una mayoría con el PSOE se plasmó en su renuncia, prácticamente explícita la misma noche electoral, a seguir gobernando.
Pese a que las negociaciones se han acelerado durante la última semana, la inclusión de Madrid en la «baraja de cartas» que se han convertido los pactos de gobierno está generando una profunda incomodidad en todos los actores implicados. Ciudadanos renunció desde el primer momento a pactar con el PSOE pese a su autodenominada posición de «centro» político, quedando automáticamente encajados en el bloque de derechas. Mientras acordaban que el PP sería su «socio preferente» a nivel nacional, declaraban rehuír de cualquier tipo de pacto y voto con Vox, cuyos votos son imprescindibles para que haya gobiernos de derechas. Pero el tiempo corre, y Ciudadanos ha pactado, a escondidas, la presidencia de la Asamblea de Madrid a cambio de la entrada de Vox en la misma.
Algo semejante se puede replicar en el Ayuntamiento de Madrid, donde los tiempos son todavía más rápidos y este sábado, 15 de junio, debe quedar constituído el plenario, incluído el nombramiento de un nuevo alcalde. PP y Cs se reunieron el primero de junio para iniciar las negociaciones que, en principio, deberían hacer alcalde al popular José Luis Martínez Almeida. Intercambios de declaraciones y Begoña Villacís, la candidata de Ciudadanos, se resiste apelando a un intercambio de plazas que la auparía a ella a Cibeles.
Con el tiempo en contra, y con un PP que demostrará sin disimulo alguno su posición de primera fuerza del bloque, sólo una carambola fruto del desacuerdo permitiría conservar a Manuela Carmena su vara de mando, algo que se descarta completamente en las derechas. En medio de esta negociación es donde entran en juego las negociaciones por los ‘sillones’: los nombramientos de los diferentes concejales de áreas y distritos, siendo las primeras las más golosas por su gran presupuesto.
Si Ciudadanos, como todo apunta, acaba dando su brazo a torcer y acepta que Villacís sea vicealcaldesa, no lo hará gratis, y aquí es donde entra en juego su mapa electoral: los PAUs del norte -Montecarmelo, Las Tablas, Sanchinarro y Valdebebas- conforman su gran núcleo de votantes, y no parece sensato regalárselo al PP pudiendo gestionarlos.
Estos datos serían fundamentales para explicar una posible petición de los naranjas para gobernar los distritos de Fuencarral-El Pardo y Hortaleza, y en esa petición es donde cobra fuerza el nombre de la concejala Sofía Miranda, para quien la propia Villacís había diseñado una concejalía menor y de nueva creación como Deportes. Suceda o no, el gobernar dicha concejalía no le eximiría de poder gobernar Fuencarral, distrito en el que reside y que su grupo le asignó la pasada legislatura para fiscalizar la acción de gobierno y controlar a sus vocales.
Sus posibilidades aumentan si, como apuntan fuentes populares, ninguno de los tres concejales electos del PP residentes en el distrito quieren hacerse cargo del mismo: Borja Carabante se quedará en el núcleo duro de Almeida y asumirá una de las grandes áreas de gobierno, mientras que Paloma García Romero y Borja Fanjul han dejado caer a sus entornos cierta preferencia por otros distritos de la ciudad.
Queda por saber si los afiliados del PP de Fuencarral-El Pardo, cuya agrupación está controlada por el propio Carabante, asumirán ceder a Ciudadanos el distrito que más votos aporta al Partido Popular en Madrid, que rozaron los 37.000 el pasado 26 de mayo. Todo ello sin entrar en la difícil situación en la que quedarían los vocales vecinos populares, sin poder hacer oposición ni defender las políticas de gobierno de una Junta en la que no gobiernan.
Todo este entuerto se resolverá, como muy tarde, el sábado a mediodía, y pasaremos a hablar de gestión y de los retos del nuevo gobierno municipal, que son muchos y variados en el norte.