El distrito de las mil caras

Madridiario resume en las siguientes líneas la historia de nuestro distrito.

Fuencarral y El Pardo se anexionaron oficialmente a Madrid en 1951. Su evolución desde entonces estuvo marcada por los desarrollos urbanísticos continuos y la lucha vecinal por los servicios públicos.Madridiario continúa su repaso de los municipios que entraron a formar parte de la capital hace 60 años con un distrito en el que cada barrio tiene su propia personalidad. Un espacio con mil rostros.

Ambos pueblos eran muy conocidos en la capital. Fuencarral daba nombre a una de las calles más importantes del centro de Madrid y era un espacio habitual para ir a pasar el día. Desde 1962, también fue conocido porque el palacio de la Zarzuela fue designado residencia de los reyes de España. El Pardo era la residencia del Generalísimo desde hacía apenas diez años. Cerca del palacio comenzó a construirse un nuevo pueblo, obra del arquitecto Diego Méndez.

Una vendedora atiende a las vecinas de El PardoMadrid aprobó las bases de anexión de El Pardo el 27 de marzo de 1951 y el 20 de octubre de ese mismo año, añadió a su territorio la zona de Fuencarral. El uno pasó a pertenecer a Ciudad Universitaria. El otro, a Tetuán. En 1971, pasarían a ser un distrito único y en 1987, se llamaría Fuencarral-El Pardo.Ambos municipios aportaron 22.577 habitantes y 250,39 kilómetros cuadrados de territorio. 

Desde la anexión, el Ministerio de Vivienda encontró en Fuencarral un espacio perfecto para la construcción de casas para los inmigrantes que vivían en núcleos chabolistas. Construyó allí dos de los ocho poblados de absorción proyectados por Javier Sáinz de Oiza y Alejandro de la Sota. Eran los ámbitos Fuencarral A y B, que fueron realizados entre 1954 y 1955 por la Obra Sindical del Hogar. Casas bajas construidas en materiales de mala calidad. Las malas lenguas de la época aseguraron que cuando Carmen Polo vio dijo: “Qué caballerizas más bonitas hemos hecho aquí”.

Promoción de vivienda en el barrio de El PilarEl ‘asedio’ urbanístico
Fue el primer paso del ‘asedio’ urbanístico que sufrió el casco antiguo de Fuencarral, frente al relativo aislamiento de El Pardo, que siguió manteniendo la idea de pueblo. El Gobierno franquista incentivó la vorágine constructora durante las dos siguientes décadas, implicando a los empresarios mediante cesiones de suelo y otros privilegios. El denominador común de este período fue la construcción de viviendas de mala calidad y de carácter temporalpor constructores que se aprovecharon de los vacíos legales y la incapacidad de la administración para lucrarse sin aportar un espacio urbano digno para toda esta población. A medida que el desarrollismo fue frenándose y el poder adquisitivo de los madrileños creció, estos mismos empresarios incentivaron en la zona espacios para construir viviendas de lujo.

El ejemplo más famoso de esta explosión urbanística fue el barrio de El Pilar,edificado sobre montículos y barrancales baldíos. Llegó a ser uno de los espacios más densamente poblados de Europa. También surgieron la UVA de Fuencarral, el poblado dirigido, Mirasierra, Peñagrande, La Paz y Valverde. Esta forma de urbanizar obligó en las décadas posteriores a realizar un ingente esfuerzo inversor a las administraciones para arreglar los desaguisados sociales que fomentó la especulación.

Vivienda de Fuencarral de los años 50Sin embargo, la zona siguió siendo uno de los principales cinturones chabolistas de la ciudad. Las administraciones no conseguían eliminar los poblados por los derechos adquiridos de sus habitantes y su capacidad de rehacer las viviendas improvisadas una y otra vez, más rápido de lo que las destruía el Ayuntamiento, lastrado por la burocracia. El plan de erradicación del chabolismo tardó treinta años en disolver los dos poblados más enquistados de la zona: Pitis y La Quinta.

Aparte del crecimiento urbanístico, el distrito mantuvo una personalidad propia. Siguieron celebrando a San Eugenio en noviembre, la virgen de Valverde entre abril y mayo, Nuetra Señora del Rosario en septiembre, el Carmen (según dicen, se implantó esta fiesta en El Pardo al construir una de las iglesias para tener contenta a la esposa de Franco, Carmen Polo). Los madrileños subían al monasterio del Cristo de El Pardo a bautizar el automóvil recién estrenado en los 60 y 70. En la calle de Abadero vivió desde su juventud la superestrella de la canción Antonio Molina, que está enterrado junto a Agustín Rodríguez Sahagún, Luis Aguilé y Miguel Fisac en el cementerio viejo de Fuencarral. También vivió en Fuencarral el torero José Roger ‘Valencia III’, Pedro Varela ‘el cazador de tirachinas’ y el jugador de baloncesto Alberto Herreros. Anthony Quinn grabó en 1982 ‘Crónica del alba’ en Fuencarral. En 2003 se batió el récord Guinness de reunir a mujeres con el nombre de Pilar en un mismo punto: eran las ‘pilares de la tierra’.

Las TablasMejoraron las vías de conexión de la zona. La M-30 se cerró por la avenida de la Ilustración, decorada con monumentos para darle grandiosidad. La M-40 está en trámites de conexión con los nuevos desarrollos. Monforte de Lemos se construyó como vía de conexión entre barrios del distrito. En cuanto al transporte, ambos municipios entraron en Madrid combinando las antiguas ‘maquinillas’, las furgonetas y los carros de mulas, con la implantación de los autobuses de doble piso. “El tranvía a Madrid llegaba al principio del pueblo y había que ir andando a cogerlo. Iba lleno porque la mayor parte de la gente trabajaba en la ciudad”, comenta Juana Sánchez, vecina de la zona desde hace más de 50 años. En Fuencarral se asentaron las cocheras de la EMT en 1960. La población viajaba cada mañana en atestados autobuses a Plaza de Castilla para trabajar en la ciudad. Otros trabajaban en el campo, en la cerámica de Sureda o en la fábrica de jabón. Cuatro años después llegó el tranvía y en 1968 se construyó la línea de ferrocarril directo Madrid-Burgos que sería la antecesora del actual Cercanías. El Metro llegó en los años ochenta con dos trazados: la antigua línea 8 (posterior línea 10) y la ampliación de la línea 9.

Hospital de La PazLos vecinos de esa época tuvieron que bregar con su presente para tener un futuro digno. El distrito carecía de equipamientos y la tensión social fue aumentando a medida que la libertad fue abriéndose paso. “De toda la vida han faltado servicios. Yo tuve que buscar colegio a mis hijas fuera del barrio. Las carencias han obligado a muchos antiguos fuencarraleros a mudarse a los nuevos desarrollos”, asegura Ángeles Crespo, vecina de Fuencarral desde que nació hace 47 años. Poco a poco, la zona concentró algunas infraestructuras. Algunas de trascedencia y utilidad regional y otras de corte económico. En apenas 20 años se construyeron cuatro hospitales (La Paz, Ramón y Cajal, Carlos III y Ruber Internacional) y una universidad (Autónoma, en 1971). En 1983 se abrió Madrid 2 La Vaguada, el primer centro comercial de la ciudad. “La Vaguada cambió la forma de ir a comprar en el distrito. Antes ibas a las tiendas o al mercado del barrio y bajabas a Madrid para las compras más importantes. El centro comercial concentró las tiendas y obligó a cerrar a muchos pequeños comerciantes y el mercado está casi muerto”, añade Crespo. Veinte años después, un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Real Madrid permitía construir en los terrenos de la Ciudad Deportiva las cuatro torres, primeros colosos del futuro distrito financiero de la capital.

Las cuatro torresEl Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 puso en marcha los PAU de Montecarmelo, Sanchinarro, Las Tablas y Arroyo del Fresno. Estos nuevos ámbisto formaban parte del nuevo programa de ensanches que planteó el Ayuntamiento. El modelo de estos nuevos barrios estaba basado en grandes avenidas y bloques de viviendas con multitud de servicios comunitarios. El traslado de la población a estos nuevos lugares no fue tan masivo como se esperaba. Esto, unido a la compra de casas para especular, provocó que los nuevos vecinos de la zona protestasen por el abandono de las administraciones en materia de equipamientos, comercio y seguridad.

Centro comercial La VaguadaLos grandes planes de desarrollo pasan por la prolongación de La Castellana,la torre del BBVA en Las Tablas, la conclusión del centro internacional de Convenciones, la recuperación del Manzanares a su paso por el distrito (Proyecto de Recuperación del Río Manzanares), el soterramiento de la M-40 por el norte, el cierre de la M-50 por el norte, la prolongación del Metro a Mirasierra y la mejora de la circulación en el nudo M-40/A-6/carretera de Colmenar. Según la concejala presidenta del distrito: Elena González-Moñux, “el futuro de la ciudad está en Fuencarral. Un espacio que posee vivienda, servicios, equipamientos y el espacio generador de empleo más importante de Madrid y uno de los más grandes de España -por la ‘Operación Chamartín’, que queda en buena parte ubicada en el distrito-“.

“Es casi más mi pueblo que donde nací. Los ancianos piensan aún como si fuese un municipio y cuando cogen el autobús van a Madrid. Los pueblos de alrededor de la ciudad hemos pasado mucha necesidad. Hubo que protestar mucho para conseguir que esta zona tuviese los servicios que necesitaba“, asegura Sánchez. González-Moñux concluye: “Todos los días conoces algo nuevo porque es un lugar enorme. El Pardo se mantiene como un pueblo y Fuencarral tiene distintas caras. Cada barrio es muy heterogéneo”.

Fuentes consultadas:
 ‘Fuencarral el Prado. Un distrito de contrastes’. Del Río, Ángel. Tritoma, 2010. ‘Madrid en la posguerra’. Montoliú, Pedro. Sílex, 2010.‘Fuencarral. Imágenes de un pueblo’. VVAA. Madrid, 1992.