Jaime Lissavetzky denuncia el abandono de la colonia Virgen de Begoña

  • Acompañado por la Asociación de Vecinos de Begoña, el portavoz socialista Jaime Lissavetzky ha denunciado los problemas de movilidad y ruido del barrio.
  • También ha reclamado una dotación para el desarrollo de actividades socio-culturales.
  • El barrio se ha convertido en el aparcamiento disuasorio para quienes acuden a los hospitales La Paz y Ramón y Cajal.

El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha visitado esta mañana la colonia de Virgen de Begoña, donde ha denunciado el “abandono por parte del PP en los 25 años que gobierna la capital” y que han convertido las calles de esta zona del barrio de Valverde en territorio prácticamente intransitable debido a los obstáculos y errores urbanísticos.

Además de sortear innumerables escaleras, postes y otras barreras, el barrio «se ha convertido en el aparcamiento disuasorio para quienes acuden a los hospitales La Paz y Ramón y Cajal». Lissavetzky ha lamentado el constante deterioro de un barrio situado a “cinco minutos del centro financiero de la capital” y ha manifestado que la situación de la colonia es especialmente dolorosa si se compara con el gasto de 120 millones de euros empleados en remover las tierras del que iba a ser un Centro Internacional de Convenciones, proyecto ahora paralizado y que ocupa un solar próximo al barrio.

Lissavetzky, junto con el concejal socialista en Fuencarral-El Pardo, Pedro Zerolo, quien ha realizado su última aparición tras su retirada temporal de la política por enfermedad,  y el resto de vocales vecinos del PSOE en Fuencarral-El Pardo, se han reunido con la asociación de vecinos del barrio para sumarse a sus reivindicaciones, entre las que destaca la supresión de las escaleras y otras barreras arquitectónicas para facilitar la movilidad a la mayoritaria población de edad avanzada que reside en la zona. El portavoz también se ha referido a los problemas de ruido del barrio, próximo a la M-30, y a la falta de aparcamientos, así como a la necesidad de que se habilite un espacio para desarrollar actividades socio-culturales. Todas ellas, ha señalado Lissavetzky, cuestiones fácilmente abordables por el equipo municipal si éste fija su prioridad en los barrios y sus vecinos.

La comitiva socialista se ha detenido a las puertas del colegio Enrique Granados, un colegio público cerrado por la Comunidad de Madrid y que solo abre sus puertas en determinadas ocasiones gracias a la presión ciudadana a través del Plan de Barrio que creó el Ayuntamiento de Madrid y en el que están implicados la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo y la Asociación de Vecinos de Begoña. “De vez en cuando se hacen actividades culturales, pero supone un desperdicio mantener cerrado este local”, ha señalado. En este sentido, Lissavetzky ha recordado que Begoña no escapa de los problemas que vive el conjunto del distrito Fuencarral-El Pardo, como el cierre del centro de especialidades médicas de Fuencarral que la Comunidad de Madrid decidió cerrar en 2012.