El colegio público Enrique Granados, cerrado desde el año pasado en su labor educativa y cedido a los vecinos de Begoña para poder realizar allí las actividades del plan de barrio del Ayuntamiento de Madrid, ha vuelto a ser cerrado para cederlo a una empresa privada dedicada a la educación especial.
Después del varapalo que supuso el cierre del colegio público Enrique Granados para los vecinos de la colonia Virgen de Begoña, el cual era el único espacio público en este barrio, de unos 8100 habitantes, la Asociación Vecinal de Begoña junto a la Junta Municipal acordaron la realización de las actividades del Plan de Barrio en el colegio cerrado, con la autorización especial de la Consejería de Educación, titular de este espacio.
Pero la ‘vuelta al cole’ de los vecinos a las actividades del Plan de Barrio que venían realizando ha sido traumática: se encontraron el colegio cerrado, de reformas y con una notificación de la Comunidad de Madrid por el cual se prohíbe su entrada y uso. La Asociación Vecinal, que en su día presentó más de 3000 firmas para que el uso del colegio fuese destinado en su totalidad a convertirse en un nuevo espacio municipal para los vecinos, venía realizando desde el año pasado actividades medioambientales, talleres y un huerto urbano.
Tras la reforma efectuada por la Comunidad, el edificio se ha dividido en dos partes, una que se destinará al Equipo de Orientación Educativa y Pedagógica especializado en discapacidad visual, que evalúa a niños de educación especial, y otra que se cederá al centro privado de enseñanza especial Cisen, concertado por la Comunidad de Madrid, con lo cual en el mismo centro se evaluará a los niños de educación especial y posteriormente pasarán a este centro privado, lo cual ha sido calificado por los vecinos como un «negocio para esta empresa que le regala la administración».
Pilar Martinez, portavoz de la Asociación, opina su extrañeza de «que vayan a ubicar algo así aquí, que nos llaman el barrio de las escaleras por la cantidad de barreras arquitectónicas». La asociación critica además que la Comunidad de Madrid haya elegido precisamente este colegio cuando en la zona existen al menos otros dos centros escolares cerrados y sin actividad.
El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, ha ofrecido a los vecinos trasladar los cursos a un centro fuera de la zona de Begoña como alternativa. «Pero eso no tiene sentido, porque los Planes de Barrio son para un barrio concreto».
Esta reforma supone el fin de las actividades del plan de barrio de Begoña durante los meses de otoño e invierno, ya que los vecinos no podrán seguir realizando las actividades que se venían realizando en el centro escolar, entre los cuales se encuentran 35 niños a los que se les aportaba apoyo escolar y 200 vecinos que participaban en los talleres.
La Asociación de Vecinos de Begoña ha convocado una manifestación el martes 23 de septiembre a las 19 horas frente al colegio Enrique Granados, para pedir a la Consejería de Educación su devolución como espacio público para los vecinos.