¡Elecciones a la vista! (II)

Hablábamos hace unos días de las medidas que los partidos políticos anuncian para enfrentar los problemas que preocupan a los españoles. Allí quedó dicho que la cuestión que más preocupa a los españoles es el paro. Es decir, los problemas económicos de los que no encuentran trabajo. En segundo lugar están los problemas económicos de los que trabajan pero tienen dificultades para llegar a fin de mes. Y el tercer puesto son las preocupaciones económicas de los que ya se han  retirado: Las pensiones. Sigamos, pues, ahora hablando de pensiones.

Los jubilados y pensionistas suponen solo el 25,6 % de los entrevistados por el CIS. Para ellos probablemente las pensiones son el problema más importante, pero como los pensionistas entrevistados son menos que los activos, en los resultados globales aparece en tercer lugar. Pero el problema es muy grave, tan grave que ningún partido se atreve a hablar claro.

En los últimos años se ha venido haciendo un esfuerzo importante de actualización de las pensiones, a pesar de la crisis y del aumento del número de pensionistas. Está claro que los mayores se lo merecen. Pero el esfuerzo está siendo muy grande. Mientras los salarios de los funcionarios están congelados desde que en 2010 se redujeron un 5% y los salarios en las empresas privadas han descendido sensiblemente, la pensión media se ha incrementado año tras año y también el número de perceptores.  En este gráfico se ven los datos.
art1

El problema, como casi siempre, es de dónde se puede sacar el dinero para pagar. Me parece que muchos pensionistas creen que con el dinero que ellos pagaron durante los años en que estuvieron cotizando, ahora les están pagando su pensión. Es como si el dinero estuviese guardado en una hucha. Las declaraciones de muchos políticos ayudan a pensar esto. Pero las cosas no son así. Con el dinero que se ha retenido a los trabajadores, en concepto de cotizaciones sociales, en el mes de abril se pagarán las pensiones del mes de mayo. Y, ¿qué pasa? Pues que no llega. En el gráfico siguiente se ve cómo ha evolucionado la relación entre el número de trabajadores y el de pensionistas en los últimos 25 años.

art2

Vemos como las variaciones de la proporción de trabajadores y pensionistas varía muy poco. En los tres últimos años ha estado estable en torno a 2,25 a pesar de la fuerte creación de empleo, también ha crecido el número de pensionistas. Y esta cifra ya muy baja (un pensionista es mantenido por solo dos trabajadores) empeorará dramáticamente en los próximos diez años. El crecimiento demográfico no existe. La población envejece. Cada vez los jóvenes tardan más en incorporarse al trabajo y al mismo tiempo la vida se ha alargado de modo muy importante. Si antes una persona se retiraba a los 65 años y normalmente tenía sus achaques, ahora, afortunadamente, su salud es habitualmente envidiable y sus condiciones idóneas para continuar trabajando por algún tiempo. Hay que pensar que los dos años de retraso en la edad de jubilación que introdujo la reforma de Zapatero pueden ser insuficientes.

Por tanto el actual sistema es insostenible. Habrá que cofinanciarlo con impuestos, y aun así las pensiones tendrán que reducirse bastante. No basta con decir que la actualización de las pensiones está garantizada por ley. Por ello deberían completarse con el propio ahorro, con los planes de pensiones privados. Es necesario un marco legal estable que permita a cada uno planificarse a largo plazo. Sin embargo las políticas han sido cambiantes y las modificaciones introducidas por el PSOE han empeorado las condiciones del rescate de los planes haciéndolos por ello menos atractivos. El actual escenario de tipos bajísimos dificulta aún más las cosas.

Por otro lado sería necesario favorecer el aumento de la población. Pero medidas reales y prácticas de apoyo a la familia solo han sido anuncias por Ciudadanos. En cualquier caso. Los efectos de cualquier cambio en este sentido se verían al cabo de muchos, muchos años. Negro panorama.

En el cuarto puesto entre las preocupaciones de los españoles aparece el primer problema que no es esencialmente económico, aunque también tiene, como veremos, importantes consecuencias económicas. La corrupción y el fraude, aparece en cuarto lugar y se relaciona, en gran manera, con el problema que aparece en octavo que es enunciado como: Los políticos en general, los partidos y la política.

Desde hace años se percibía la existencia de la corrupción, pero esta se ha hecho inaguantable durante la crisis. Muchas personas lo están pasando realmente mal cuando otros se lo llevan crudo.

La corrupción es consecuencia de la falta de moral y de la insuficiencia de los sistemas de control. La solución deberían darla los políticos, pero estos son vistos por el ciudadano como la causa del problema. Los partidos políticos y la política en general, es la preocupación que ocupa la octava posición en las encuestas del CIS. Esto es lógico cuando vemos que hay algunos casos de personas deshonestas que se dejan llevar por la codicia, pero lo que es peor es que se generalizan las tramas organizadas por los propios partidos para su financiación ilegal.

Todo esto tiene graves consecuencias económicas para la sociedad española. No solo el dinero que se llevan unos y otros, sino que se  ha creado un sistema de contratación en el que empresas eficientes son marginadas por ser honradas y no  participar en “el juego”.

¿Soluciones? Hasta ahora me parece que pocas. La justicia es lenta y los juicios se hacen en los medios de comunicación. Sobre la financiación de los partidos recibimos informaciones preocupantes. En mi opinión demasiada comprensión con los deshonestos. Hasta  ahora el más claro ha sido Ciudadanos. Propone la independencia de la Justicia del poder político como medida imprescindible y ha exigido medidas reales en los parlamentos autonómicos en los que ha pactado. Los casos de militantes propios con algún asunto turbio son pocos y de pequeña importancia. Al menos hasta ahora. Esperemos que les dure.

En quinto y sexto lugar en la lista de preocupaciones de los españoles aparecen la sanidad y la educación. Estos dos servicios, junto a las pensiones, son la clave del Estado de bienestar y por ello deben mantenerse con una alta calidad. A todos nos preocupa su mantenimiento aún en tiempos de crisis económica y por ello unos puestos más abajo en la lista aparece una preocupación general por los denominados “recortes”

Todos los partidos coinciden en resaltar lo importante que son tanto la sanidad como la educación, pero como dice el refrán, “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Además la situación actual de ambos servicios es muy diferente.

El sistema de sanidad público es, sin duda, excelente. Muchos europeos lo consideran un factor muy positivo a la hora de viajar o de fijar su residencia como jubilados. El Partido Socialista tuvo un papel relevante en su diseño y universalización.

La situación del sistema educativo es muy diferente. Los resultados del sistema son totalmente insatisfactorios. Año tras año queda demostrado en los informes internacionales o en el ranking de universidades de prestigio. La reforma que el PSOE hizo bajo la dirección del ministro Maravall marcó el punto de inflexión en el camino que nos ha conducido a la situación actual sobre la que tanto se puede hablar. Y hablaremos, si hay oportunidad, en futuros artículos. La responsabilidad en este campo es fundamentalmente del PSOE. Todas las leyes educativas que han estado vigentes en los últimos 35 años-salvo los dos últimos en los que la LOMCE se ha aplicado parcialmente- han sido redactadas por los socialistas. El Partido Popular se ha dejado llevar en los años que ha tenido responsabilidades de gobierno.

El sistema educativo actual, como todos sabemos, se basa en la combinación de tres sistemas complementarios. El sistema público, el concertado y el privado. Esta oferta aumenta la libertad de los padres para elegir cómo y dónde educar a sus hijos. Sin embargo los defensores de la enseñanza pública suelen ser enemigos de la concertada y durante bastantes años empujan hacia su eliminación. El sistema privado se dirige a un segmento muy reducido de la sociedad y no recibe subvenciones, por lo que queda al margen del debate. Sin embargo,  el concertado es el elegido por un porcentaje significativo de padres que incluso, durante años, han hecho colas ante las puertas de los colegios el día de apertura de la inscripción. Estudios económicos demuestran que el coste de una plaza en la enseñanza concertada es inferior  al de la pública. Los partidos de izquierda están claramente a favor de reducir o eliminar las subvenciones a la enseñanza concertada, para evitar que estas detraigan presupuesto al sistema público. Sin embargo son los padres de todos los niños quienes tienen el derecho a una subvención, no los centros, ni los sistemas. Por su parte el Partido Popular ha mantenido el sistema concertado pero sin dar la batalla ideológica sobre la falta de libertad que supondría no contar con él. Ciudadanos en su programa defiende la libertad de elección, pero ciertas declaraciones y actuaciones concretas han hecho dudar  sobre la opinión real de algunos de sus cargos públicos.

También en este punto debemos ser realistas y hacer la pregunta de siempre ¿Cómo se paga la sanidad y la educación? Pues con una parte importante de nuestros impuestos. Estos no son infinitos por lo que, aunque parezca poco caritativo, no puede ofrecerse sanidad a todo aquel que se presente en un hospital. Ciudadanos propuso atender siempre los casos urgentes, pero prestar la asistencia normal solo a los españoles e inmigrantes legalizados. Esta postura es considerada contraria a los derechos humanos por Podemos y los socialistas. Así pues, que cada uno lo valore según su criterio.

En todo caso, la importancia de estas dos partidas en el total del presupuesto exige una racionalización y una gestión prudente. En numerosas manifestaciones llevadas a cabo en los últimos años, se ha clamado en contra de los llamados “recortes”. Se ha responsabilizado al Partido Popular de querer “cargarse la sanidad y la enseñanza pública”. Esta idea subyace en la actitud de Pedro Sánchez en las recientes negociaciones para formar gobierno, en las que ha manifestado estar dispuesto a negociar con todos menos con Bildu y el Partido Popular. Sin embargo los recortes no han sido de la magnitud que se supone. Hay tema para hablar largo y tendido. Pero simplemente el volumen de gasto en los últimos años, representado en el gráfico siguiente, nos muestra que el gasto actual es un poco mayor que el del año 2007, justo antes de los años de máxima euforia económica. Cuando todos gastábamos como si fuésemos ricos, incluido el gobierno del momento que negaba la existencia de cualquier crisis.

art3

Para concluir voy a comentar dos preocupaciones cuya posición es algo más baja en la lista de preocupaciones de los españoles, pero que las incluyo aquí como una licencia de autor. La primera son los nacionalismos. En mi opinión es un motivo de preocupación más grave de lo que algunos piensan. Está en juego la unidad de España, que no es discutible dentro de la Constitución, y esta posibilidad tendría, además, graves consecuencias para todos, no solo en el plano ideológico, sino también en el plano económico.

La actitud de los cuatro principales partidos al respecto es bastante diferente. Podemos exhibe su proximidad a los nacionalistas. El PSOE mantiene una posición ambigua, al menos en Cataluña con el PSC, si bien su Comité Federal ha establecido una clara línea roja en este punto para las negociaciones de la investidura. El Partido Popular ha sido bastante pasivo en su manera de tratar el problema durante los últimos cuatro años.  Por último, Ciudadanos nació hace diez años en Cataluña precisamente para enfrentar el nacionalismo identitario poniendo “España” como primer punto de su programa político.

Y ya el último punto que vamos a tratar, muy brevemente, es el terrorismo internacional. La actitud frente a él también es bastante diferenciada según el partido que se mire.  Populares y socialistas firmaron el llamado Pacto antiyihadista, modificando el código penal para dar más armas a los jueces para castigar los delitos de terrorismo y el reclutamiento y formación de los activistas, y para dar más instrumentos a la policía para luchar contra esta amenaza. Ciudadanos se ha adherido al mismo, Podemos ha rechazado suscribirlo.

Pues esto es todo por hoy. Gracias, amigos lectores, por haber llegado hasta aquí. En próximos artículos, si hay oportunidad, iremos profundizando en algunos de los puntos aquí señalados. Pero en breve llegarán las nuevas elecciones. Mi consejo, si puedo darlo, es que vayan a votar. No se abstengan. Y para saber a quién, pues haga más o menos como decía aquel anuncio de la televisión de hace años: ¡Mire, compare y si encuentra algo mejor, vótelo!