Depresión

Estado de ánimo depresivo, disminución acusada del interés, fatiga, pérdida de vitalidad o indecisión. Estos síntomas son algunos que presentan los pacientes con trastorno de depresión, una enfermedad que con un tratamiento adecuado, se cura. 

Estos síntomas son los que sienten los aficionados del Getafe al ver jugar a su equipo. Este diagnóstico es el que tiene el equipo cuando salta al campo. Un equipo sin alma, sin garra, sin carácter, sin juego, sin interés por crear, sin gol y sin ganas de ganar.

Por quinto partido consecutivo desde que ha empezado la temporada, el Getafe no ha ganado. No es que sólo no haya ganado, encima ha perdido. Y ha perdido apabullado por un Cádiz recién ascendido, que le costó mucho tiempo subir a segunda división. Un equipo que siempre ha remado hacia delante, frente a todo, gracias al apoyo de sus aficionados.

No es fácil seguir yendo al campo sabiendo que tu equipo lleva meses sin ganar en casa. Nadie en Getafe puede exigir nada a una afición que lleva yendo al campo, haga frío o calor, para ver semejante esperpento, un espectáculo que dejó de serlo hace mucho, cuando el equipo decidió dejar de jugar. Un equipo que no ataca, que tiene un problema crónico de gol. Un equipo que ha perdido lo que en su día le permitía sobrevivir: la defensa; aunque el sempiterno Cata Díaz intente hacer él solo lo que no hacen sus tres compañeros.

El fútbol es una ruleta con múltiples virtudes: un día ganas, otro pierdes; un año bajas, otro subes. En esa ruleta se incluye la lógica de que si las cosas van bien, todos estarán contentos; pero si las cosas van mal, como llevan yendo los últimos cinco años, la gente se acaba cansando. Y la gente se ha cansado, y pide resultados al equipo con uno de los mayores presupuestos de segunda división.

Probablemente la culpa no tenga un único culpable. El fútbol es un deporte de muchos, y no es normal que solo dos -Cata y Guaita- intenten aportar. Cuando nadie crea, cuando nadie da ese pase, cuando nadie remata, es imposible ilusionar. Y de ilusión sabemos mucho en Getafe.