Divorcio: Reino Unido se acerca a su separación oficial de la Unión Europea, tras las rupturas de Brad Pitt con Angelina Jolie y Bustamante con Paula Echevarría. En un divorcio alternativo y al ser familia numerosa, los británicos pidieron el consejo de sus hijos, representados en forma de voto. Y como siempre, los hermanos mayores se impusieron, silenciando a los niños, que son los que tienen la verdad.
Bromas: Las redes sociales son un muro de errores y el escaparate mundial de la incoherencia. En ellas habita el humor negro, un fenómeno altamente peligroso que se dispara sin saber que a muchos duele, solo por desagradable. Cassandra, una tuitera que bromeó con la muerte de Carrero Blanco ha sido condenada por ello y la izquierda ha estallado. Así, la broma ha cambiado de bando. La condena es un despropósito, pero el humor es inútil si hace daño.
Declaraciones: Tras una feliz y empalagosa victoria de la Selección española en Francia, Piqué se volvió a atragantar. El defensa culé, provisto de pesquisas discutibles, protestó de nuevo ante la tiranía del Real Madrid. Lo hizo como siempre, con tono de perdedor y fomentando el odio en gente sin su suerte: hinchas humildes de Barça y Madrid, que vierten sus problemas en insultar a los árbitros. Si escuchásemos solo las declaraciones de Shakira y no las de Piqué, la mitad del Bernabéu cantaría secretamente el himno blaugrana.
En guerra: El PSOE sigue a la espera de conocer a su nuevo líder. Las primarias se avecinan y los tres candidatos al trono continúan de maratón. Susana Díaz cabalga con corceles blancos por el campo de combate, con el aval de antiguos comandantes como fuente de poder. Pedro Sánchez lleva caballos marrones y se identifica con el bando rebelde, preparado en fe para la sorpresa, pero con un ejército dudoso en número. Y Patxi López pasa de movidas y se mantiene de pie, firme por si en la hostilidad de la guerra se encuentra la corona.
Así sí: Atleti y Madrid llegan al final de temporada en la forma idónea: sin jugar a nada pero ganándolo todo. Los de Zidane vencen por decreto y los de Simeone lo hacen en secreto, con maneras infalibles. Solo un accidente les podría parar, y sería chocarse. En Liga lo harán el sábado, día de cumpleaños de ilustres atléticos, y en Champions se esperan al final, por la gloria de Madrid.
Y de pronto llegó: No sufrimos hasta la jornada 31, pero al fin ocurrió. El Unión Adarve terminó su pacto con la derrota y en Móstoles cayó, aunque con el corazón vivo de ser un equipo indestructible. Y justo en la misma jornada, el Santa Ana tampoco sonrió, a falta de escasos partidos los de Fuencarral aún no han huido del fantasma de la clasificación: el descenso. Lo tuvieron en Vallecas, con ventaja y superioridad numérica, pero el filial rayista empató.