Un gol en propia puerta del Atlético Malagueño en el minuto 94 permitió poner el 4-2 final en el marcador que le sirve a los del barrio del Pilar para lograr el soñado ascenso a Segunda B.
Los partidos no se acaban hasta oír el pitido final, y como está en sus genes y viene haciendo toda la temporada, el Unión Adarve peleó y luchó un partido que se le puso cuesta arriba para acabar tocando el cielo. 38 partidos de liga y seis de playoff han sido los necesarios para que los rojinegros lograsen, tras varias temporadas peleandolo, el ascenso a la categoría de bronce del fútbol español.
Cincuenta aficionados acompañaron a todo el primer equipo y su equipo técnico hasta las instalaciones de la federación malagueña de fútbol, a 540 kilómetros de sus casas, para respaldar a los del barrio del Pilar. El partido empezaba con un dominio tímido del Malagueño, quienes hicieron su primer acercamiento en el minuto 5.
Mediada la primera parte, comenzó el asedio malacitano hasta que Zalazar puso el primero en el minuto 35. Si ya había tensión, las cosas se ponían todavía peor, con los fantasmas de Tarazona asomando. Gianni tuvo el empate con un gol olímpico al borde del descanso pero el palo no quiso que entrase.
Comenzaba la segunda parte y continuaba atacando el Málaga. El portero David de las Heras hizo un partido de diez y sacó varios balones cuando ya se cantaba gol en la Federación. Sin embargo, en el minuto 57 se produjo el derribo de Héctor en el área que fue pitado por el árbitro. Penalty para el Adarve que no desaprovecharía el killer rojinegro, Álvaro Sánchez, quien anotó su gol número 25 esta temporada.
Cuando parecía que estaba controlado el partido para los madrileños, Salazar volvía a hacer de las suyas y ponía el 2-1 en el marcador. Corría el minuto 67 y pese a necesitar dos goles más, el filial del Málaga se lo creyó. Seis minutos después Juanma hacía mano en el área, el árbitro pitaba penalty para el Malagueño y Luis Muñoz no lo desperdiciaría. En el 83, Wojcik hacía el cuarto de cabeza.
La frustración se apoderaba de los rojinegros, quienes empezaban a mandar balones arriba sin mucho peligro. Sin embargo, y como lleva demostrando este equipo durante toda la temporada -han marcado casi una decena de goles en los últimos minutos- los astros se aliaron y en el minuto 94, tras ponerla Gianni desde la banda derecha, Fran García remató un rebote que desvió un defensa: el balón entraba llorando a la portería y era gol.
4-2 en el marcador que le daba el ascenso al Adarve. El árbitro alargó hasta el 98 pero eran minutos de la basura. Los chavales del Málaga sabían que el pescado estaba vendido y el ascenso se vendría a Madrid. El sueño de un equipo de barrio que llega al fútbol semiprofesional y sigue con ganas de hacer algo grande. El Unión Adarve ya está en 2ªB.