Los equipos ganadores comparten un rasgo esencial: la esperanza. Y el Unión Adarve la demostró todos los días de su temporada. Desde los jugadores que luchaban por contar con minutos, los lesionados que volverían a ser importantes tras pasar por la grada, al cuerpo técnico que confió hasta en los difíciles inicios de campaña. Como no podía ser de otro modo, el Adarve también creyó en el gol en el minuto 94, cuando el Atlético Malagueño ganaba 4-1. Y el destino está obligado a cumplir los sueños de la gente con espíritu y esperanza.
El partido comenzó muy intenso, según se intuía, con un Málaga B decidido a obrar la remontada, con su público y en su escenario ideal. Por su parte, el Senior A resistía, con el aliento de su grada desplazada y una defensa titánica. Los andaluces encontraban huecos en el centro del campo y amenazaban con frecuencia la meta de David de las Heras, mientras Héctor, Álvaro y Gianni luchaban por su ocasión en las escasas rendijas que dejaban los locales. Tras aguantar 35 minutos de chaparrón, cuando se acercaba el codiciado descanso, el filial del Málaga golpeó primero. Robaron en campo contrario y el talentoso Kuki Zalazar envió el balón a la esquina de la red. Después de ello, los rojinegros trataron de intimidar a su rival con varios remates dentro del área y centros botados por la venenosa zurda de Gianni, pero sin suerte en ninguna ocasión. Así, con 1-0 en el marcador, ambos equipos llegaron al descanso.
La segunda parte arrancó con un milagro. Justo en el minuto 50, De las Heras sacó un balón de la línea de gol con su mayor arma, el instinto. Y minutos más tarde Héctor provocó un penalti para que Álvaro Sánchez marcara gol, en el 57, y la afición del Adarve no parase de cantar. 1-1. La eliminatoria parecía decidida, pero el Atlético Malagueño, sin nada que perder, se dio cuenta de su calidad. Kuki Zalazar marcó desde fuera del área en el minuto 69 y Luis Muñoz hizo lo propio en el 73 al convertir un penalti. Los andaluces se pusieron 3-1 en el electrónico y un nuevo gol les daría el triunfo del ascenso. El Adarve seguía atrás, aturdido, y Wojcik hizo reales todas las pesadillas: sumó el 4-1 y el Málaga B era equipo de 2ªB. Los del Barrio del Pilar, algunos con lágrimas sobre el campo, habían perdido una ventaja que se antojaba infranqueable. Corría el minuto 83 y pocos creían en hacer el 4-2 que diera el pase al Adarve. Sin embargo, se dio la casualidad de que los 12 tíos que más lo soñaban estaban en el campo, con Víctor Cea a la cabeza. Ellos creían de verdad, con la fe de todo un año de trabajo y su esperanza ganadora. En el 90 Leo remató al larguero y en el minuto 94 apareció el destino. Luis Muñoz despejó un centro de Gianni hacia su propia portería y la red del Málaga B, como si estuviera ansiosa de ello, abrazó el balón a gol. Y todo explotó. Los aficionados rojinegros que viajaron a Málaga no podían parar de llorar y los jugadores fueron chillando de felicidad a su encuentro. 4-2. El Unión Adarve lo había conseguido, es equipo de 2ªB. Todos lo hemos conseguido, en cada instante en el que creímos, en el que les seguimos. El Barrio del Pilar por fin tiene su plaza en la categoría de bronce, el 24 de junio de 2017, el día del Lobo.