El porqué de los colores que le han sacado los colores a Adidas y a los responsables de la Real Federación Española de Fútbol.
Por Ignacio Asenjo Salcedo, profesor de Dibujo del IES Gregorio Marañón.
El color es variable y subjetivo. A diferencia de la forma, que más allá de las imperceptibles dilataciones y contracciones que impone la física de la materia en una camiseta, el color viene determinado por cómo lo vemos y por cómo lo percibimos.
Vayamos por partes. Ver un color depende de las limitaciones fisiológicas de los receptores que tiene el ojo y del sentido de la vista en su conjunto, para discriminar y recomponer diferentes magnitudes de ondas. Sin llegar al extremo de alteraciones patológicas, cada persona verbaliza el color a su manera: no vemos el mismo matiz de rojo, el mismo amarillo ni el mismo azul.
También, la visión del color de una cosa varía en función de las condiciones de luz y de la tecnología. No es de extrañar que la opinión de las mismas personas cambie viendo la camiseta a plena luz del día o con luz artificial, en el campo de fútbol o a través de la televisión.
Además, en la camiseta en cuestión, entran en juego los fenómenos de la mezcla óptica y el contraste simultáneo de colores. En el pasado, se ha utilizado el color azul para el pantalón de los jugadores, pero ahora el problema radica en la disposición del azul. De una manera fácil de entender, si mezclo en una paleta rojo-magenta y azul-cyan se obtiene el color morado. Si tengo dos colores muy próximos, a cierta distancia, se funden ambos, apareciendo el color mezcla de los dos. Esto es lo que está ocurriendo en la camiseta, donde intersecciones de líneas rojas y azules sobre un fondo rojo acaban viéndose como una franja más o menos morada.
A finales del s. XIX los pintores puntillistas desarrollaron este recurso y en la actualidad es el fundamento de la impresión en cuatricomía. Si nos situamos a muy corta distancia de un anuncio de gran formato situado en un andén del metro nos damos cuenta de que las imágenes están formadas por puntos de colores magenta, amarillo, cyan y negro y esa misma imagen se muestra como superficies continuas de diferentes colores naturales en el andén de enfrente de la estación.
En segundo lugar, percibir es comprender. El color es un elemento poderoso de comunicación visual. Entre otras, el color tiene una función simbólica y aquí entra en juego la asociación y pertenencia que hacemos con los colores de la camiseta. Sobre el color principal, el rojo, nada que decir, nuestra selección viene siendo “la roja”, pero la polémica está servida con la franja lateral. Por una parte, en qué medida aluden a la bandera española constitucional o la bandera tricolor de la república. Por otra, la fina franja con bandas de los colores amarillo anaranjado y rojo pudieran ser percibidos como un guiño a las banderas de varias comunidades autónomas, no así entre otras, a las de Asturias, Extremadura o Andalucía.
Cuando explicaba esto a mis alumnos me decían cómo es posible que la empresa Adidas haya presentado este diseño que puede perjudicar sus ventas. Lo desconozco, de igual modo que me atrevo a aventurar que los responsables federativos adolecen de los conocimientos básicos de la fisiología, la psicología y la sociología del color que imparto a mis alumnos de 1º de ESO. Puede que faltasen a clase el día que el profesor lo explicó o que no le prestasen la atención debida a una asignatura infravalorada en nuestro sistema educativo.