La Plataforma por la Educación Pública de Las Tablas convoca una concentración hoy miércoles para denunciar las carencias educativas del barrio.
El colectivo integrado por AMPAs de los colegios públicos del barrio, institutos adscritos y la asociación de vecinos exigen a la Consejería de Educación una mejora en la planificación de las infraestructuras públicas.
Para ello han organizado un entierro de la sardina que permita visibilizar las carencias educativas del barrio el miércoles 14 de febrero a las 17:30 horas, en la parcela donde se construye la primera fase del instituto público -c/Puente la Reina esquina con Avda. Camino de Santiago), que debería haber estado ejecutada en septiembre de 2017.
Las reivindicaciones vuelven a centrarse en la construcción del instituto de educación secundaria, que sigue sin finalizar su construcción, pese a que Educación se comprometió a tenerlo listo primero para el curso actual, y ahora, para el próximo: «Siguen sin salirnos las cuentas: nos tememos que de nuevo se incumplirán los plazos, y aunque no fuera así, y en septiembre de 2018 esté realmente terminada esta primera fase del centro, ya estaría por encima de su capacidad».
Denuncian que el instituto llega «tarde y mal planificado», y que estará durante años en obras: «para poder cursar 2º de Bachillerato en este instituto, tendremos que esperar al curso 2022/23». A ello se suma que en junio terminan primaria más de 200 alumnos de los tres de los colegios públicos del barrio, además de posibles nuevas matriculaciones «de otros colegios concertados o privados, o de fuera del barrio».
Continúan insistiendo en la falta de ejecución de la tercera fase del colegio Blas de Lezo: «Está pendiente de adjudicación todavía. El plazo de ejecución es de ocho meses y claramente no estará listo en septiembre. Además, seguirán sin tener un gimnasio donde impartir en condiciones las clases de educación física, tal y como obliga el Real Decreto 132/2010».
También denuncian la «masificación encubierta» del resto de colegios: Aseguran que el CEIP Leopoldo Calvo Sotelo tiene seis aulas de más, el Josep Tarradellas, ocho; y el Blas de Lezo, con sólo cuatro cursos en marcha, tiene dos aulas de más. «Esto se traduce en falta de aulas, bibliotecas, espacio en los patios o incluso tres turnos en los comedores escolares».