Empate

Ayer me levanté nervioso y triste porque jugaba dos partidos en los que no podía hacer nada. El Barça-Madrid, con la Liga ya envuelta, y quedar con mi chica que ya no era mi novia. Quedé con ella porque era el día de la madre, no porque fuera su cumpleaños. Las dos citas se jugaron casi a la vez, y justo cuando acababa una empezaba la otra.

Lo primero que hicimos al vernos fue buscar un banco para que ella se sentara y así yo estuviera cómodo de pie. Porque nunca me siento. El banco estaba lleno de cajas de cartón con pinturas y restos de mudanzas. Las apartamos y yo le ofrecí vaciarle una caja en la cabeza, pero solo para romper el hielo. Después nos miramos y no perdimos nuestros ojos en todo el resto del tiempo. Excepto a veces porque me imponía, y yo nunca he sido muy valiente. Hablamos de los masones, me contó una historia muy larga sobre que ahora le habían llamado para trabajar en un catering y yo le dije que me alegraba mucho de que un coleguísima de clase había encontrado una chica. Más tarde nos despedimos en empate, como si no hubiera pasado nada, porque todo seguiría igual. Aunque lo bueno de los empates es que a lo mejor en un futuro los agradeces.
Terminé el primer partido y me reencontré con el siguiente en orden: 1-1. Con mis amigos esperándome y con Benzema dispuesto a darme un pase a mí también. Porque Karim no aparece cuando el Madrid más le necesita, sino cuando le necesito yo. El partido molaba mucho y lo comentábamos mejor, riéndonos tanto que acabamos la noche pensando en crear una marca de camisetas y un programa en el que nos grabaríamos con cámaras de mineros. La segunda parte fue peor pero moló igual, con la peña criticando al árbitro, hablando de robos y conspiraciones. La típica gente que habla de las relaciones de los demás como si nunca se hubiera equivocado, o como si nunca hubiera tenido novia. Así, el segundo partido también terminó. Con un Barça de celebración y un Madrí tan chulito como siempre, porque siempre se sabe vencedor. Y todo seguiría igual.
Mi chica y yo ya somos ex. Tan peligrosos como cada ex. Tan peligrosos como un Madrid sin Liga.
Fuente imagen: Realmadrid.com