La espondiloartrosis, comúnmente conocida como artrosis, es la degeneración de las estructuras óseas articulares que forman los discos intervertebrales y las articulaciones posteriores. Esta degeneración del cartílago articular puede afectar a cualquier parte de la columna vertebral cervical, dorsal o lumbar. Se trata de una patología muy común hoy en día como consecuencia del estilo de vida sedentario y la tendencia a la pérdida natural de la lordosis fisiológica de la columna lumbar baja. Las causas de esta degeneración suelen ser intrínsecas, por factores metabólicos, constitucionales y de edad, aunque también pueden darse causas extrínsecas especialmente en la artrosis cervical o lumbar, como por ejemplo, una postura inadecuada de la columna, una sobrecarga excesiva en el trabajo o incluso un desajuste en la alimentación.
La espondiloartrosis lumbar, especialmente en la zona baja de la espalda a nivel de L5-S1 es la más común de las artrosis.
Síntomatología
En general hay que considerar la artrosis como un proceso de envejecimiento natural del cuerpo, siempre y cuando guarde correlación con la edad de la persona. Si la degeneración es muy severa o aparece en temprana edad, ya no forma parte de la evolución natural sino de un desequilibrio estructural. Además del dolor local, los síntomas se acompañan de limitación a los movimientos y rigidez muscular. La persona con artrosis lumbar suele quejarse más al inicio del movimiento, por ejemplo al levantarse de una silla, y no tanto cuando caminan durante un rato. Cuando la artrosis es cervical, se manifiesta con dolor en el cuello irradiado hacia los músculos trapecios, con rigidez de los músculos del cuello y movimientos limitados, principalmente en rotación de la cabeza.
Tratamiento
La cirugía suele ser la última alternativa y se realiza sólo cuando los síntomas son muy graves haciendo una fusión de las vértebras mediante osteosíntesis. La primera elección, suele ser el tratamiento más conservador: informarse bien de la lesión, una adecuada ergonomía, adelgazar, realizar actividad física suave, prescripción de algunos medicamentos en fase aguda y sobre todo, fisioterapia. La alimentación también juega un papel muy importante ya que un exceso de radicales libres favorece la destrucción celular acelerando la degeneración, y una alimentación muy acidificante provoca la pérdida de minerales como el calcio y magnesio fundamentales para el hueso.
Causas de la espondiloartrosis en la espalda
Esta afección ocurre cuando el cartílago, que es el que permite un movimiento articular casi sin fricción gracias a la amortiguación de los extremos de los huesos, se va deteriorando gradualmente con el paso del tiempo. En la espondiloartrosis, la superficie resbaladiza del cartílago se vuelve áspera y comienzan las molestias. Cuando el cartílago termina por desgastarse completamente se produce el roce de los huesos y provoca mucho dolor en la articulación, durante y después del movimiento, acompañado de sensibilidad cuando se le aplica una ligera presión, rigidez articular que será mucho más notoria a primera hora de la mañana o tras un largo período de inactividad, pérdida de flexibilidad y espolones óseos, unos trozos adicionales de hueso que se notan como bultos duros formados alrededor de la articulación afectada.
Como decíamos anteriormente, no hay cura para la osteoartritis de la columna vertebral. Lo más parecido a una cura sería la cirugía, pero tampoco lo es al cien por cien, ya que la persona operada no vuelve a estar como estaba previa la lesión. Aun así, la cirugía no es un tratamiento común a no ser que exista una espondiloartrosis generalizada grave, en estos casos, el médico puede recomendar la intervención para reemplazar los discos dañados en la columna vertebral. Como decimos, se hace en casos excepcionales, cuando la espondiloartrosis produce una incapacidad permanente y total a la persona. Por tanto, lo normal será convivir con esta patología sin pasar por quirófano
Los casos leves de osteoartritis de la columna vertebral responden bien a medicamentos que no necesitan receta médica, como el acetaminofeno, aunque hay que tomarlo con precaución para evitar daños en el hígado. También puede aliviar el dolor y la inflamación el ibuprofeno o el naproxeno. Los efectos secundarios de estos medicamentos incluyen malestar estomacal, problemas de sangrado y daño a los órganos, por lo que es importante tomarlos como se indica. Sobra decir que, si los síntomas no mejoran con estos medicamentos, el médico puede sugerir el uso de antidepresivos para tratar el dolor crónico, así como una inyección de corticosteroides directamente en la articulación afectada.
Otras terapias para tratar y hacer frente a la osteoartritis de la columna vertebral incluyen:
- Ejercicios suaves, como el taichi o el yoga para reducir el dolor y mejorar el rango de movimiento en el cartílago restante.
- Terapia de calor o frío.
- Terapia ocupacional y física
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