Mi foto favorita

En clase siempre hablamos de montar un restaurante juntos, o aprender para ser chefs, pero luego nada. El otro día vino mi amigo Álvaro a cenar a casa y acabamos bajando al Supercor, para comprar una empanada de 6 metros, queso y patatas ali-oli. Después, asumiendo nuestra locura, nos pusimos a jugar al ajedrez.

Cuando estaba cogiendo el tablero y las fichas, Álvaro se quedó mirando una foto de la estantería. ”Esa niña es igual que tú pero con el pelo largo”, me dijo señalando a mi madre de pequeña, en una foto con mi tía en el colegio. Ya lo sabía por dentro, pero ahí decidí por fuera que era mi foto favorita.

Desde ese día y como siempre, cada vez que paso por esa parte del salón me quedo mirando. Y me he puesto a pensar que es injusto que no conozcamos a nuestros padres de pequeños. Porque ellos nos conocen y nosotros no. Qué hacían en el colegio cuando se aburrían, por qué se enfadaban y cómo se ponían con la comida que menos les gustaba. Me seguirá pareciendo injusto no haberlos conocido, pero por ahora me conformo imaginándome a mi madre de pequeña, en mi foto favorita.

 

Fuente imagen: Mi tía a la izquierda y mi madre a la derecha.