El gestor ferroviario ha decidido tapar el acceso al túnel que comunicaba Valverde con Las Tablas bajo el depósito de Fuencarral por motivos de seguridad.
Suman ya quince los años de demanda vecinal en Las Tablas para adecentar el conocido como “túnel sur” que comunicaba el barrio de Fuencarral con el PAU bajo los talleres y depósito ferroviario de Renfe. Este túnel, que desemboca en las calles Antonio Cabezón y Castillo de Candanchú, ha sufrido décadas de abandono y falta de mantenimiento, teniendo en su interior toda clase de objetos abandonados y falta de limpieza, convirtiéndose en un vertedero ignorado constantemente por las administraciones competentes.
La llegada al gobierno de Ahora Madrid permitió vislumbrar un nuevo horizonte para este túnel que, a día de hoy, sigue sin ver la luz. Tras las diferentes demandas realizadas por la Asociación de Vecinos de Las Tablas, el compromiso del gobierno de Manuela Carmena pasa por su ejecución en este año 2018, para lo cual se destinaron 500.000€ aprobados el 3 de mayo dentro del paquete de inversiones financieramente sostenibles que provienen del remanente de tesorería del año pasado.
El proyecto del área de Desarrollo Urbano Sostenible pasa por replicar el modelo existente en el túnel norte, que actualmente es parte del Anillo Verde Ciclista. El proyecto de obra adaptaría “de forma peatonal y ciclista” el túnel sur y se conectaría con la estación de Cercanías de Fuencarral, el aparcamiento anexo y el Anillo Verde Ciclista. La propuesta también incluye un estudio de viabilidad para permitir el paso de autobuses eléctricos de la EMT hasta la estación de tren de Fuencarral.
Habiendo alcanzado el mes de noviembre y sin novedades respecto a la licitación del proyecto de obra, ADIF ha procedido a tapiar el túnel por motivos de seguridad, para evitar el acceso de vehículos y personas no autorizadas, según ha podido saber este diario. Fuentes de la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo aseguran que desde el Área de Desarrollo Urbano se les informó de la intención de realizarlo “antes de que acabe la legislatura”, después de obtener la autorización para intervenir en el túnel por parte del gestor ferroviario.
ADIF ha planteado un cerramiento formado por siete muros prefabricados de hormigón, dos de ellos perforados para permitir la salida del agua en caso de lluvias torrenciales como las que obligaron a cortar la calle Castillo de Candanchú en 2017, que provocaron la expulsión de gran parte de los residuos acumulados en el propio túnel.