Lo que me ha hecho feliz y lo que no de esta semana.
Lo que sí
Una sonrisa: la de mi abuela. Justo cuando me vio en su casa por sorpresa. Porque a los abuelos solo hay una cosa que les haga más ilusión que ver a sus nietos: ver a sus nietos por sorpresa.
Dos reencuentros: con Maite y Borja. Tras volver ella de China y él de su puesto de glamour. Hablamos de lo típico en un regreso: qué hacer para no tener que trabajar. Y con Laurafer, al bajar las escaleras del metro, como si siguiéramos volviendo juntos todos los días del cole.
Jimeno y Marce: por compartir con el primero el momento de Benzema y vivir en Twitter. Y por volver al garaje con Marce, para hablar de nuestras cosas entre los coches como dos yonkis.
Una sudadera: verde, blanca y azul oscura, con rayas blancas en las mangas. No la esperaba y me la trajo el portero. Aunque me la trajo otra persona.
Como te mueves: algunas semanas Carro me manda varios enlaces de Youtube con música. Y en esta me envió dos de Modestia Aparte. Ahora solo queremos que nos pongan Como te mueves en alguna discoteca.
Los Lacaba: tras 20 jornadas de penurias en la Liga, Lacaba y yo nos volvimos a juntar en su casa para consolidar la mejoría del Madrid. Con la tortilla de patatas de Tere y el cariño de toda su familia. Así es difícil que el Madrid no gane algún título.
Lo que no
Madrugar: el viernes me desperté pensando que todo era una pesadilla. Levantarse a las 6, con el frío que hace y todo lo que estaba soñando. Yo solo acepto madrugar si me despierta el cantar de Amaia.
Un sándwich: de queso y nueces. Me encanta el queso y me gustan las nueces. Así que os podéis imaginar lo malo que estaba. Con la comida no se juega.