Lo que me ha hecho feliz y lo que no de esta semana
Lo que sí
Jugar al tenis. Lo que más me gusta de jugar al tenis con Polo es que es mejor que yo. Y ganar sabiendo eso te eleva a una victoria superior. Jugar al tenis mola tanto como ganar. El viernes también lo hice con Blablo. Primero en una pista de tenis con palas de pádel y luego en una pista de pádel pero con las reglas del tenis. Cambiar las normas es más divertido.
Una llamada. El lunes me llamé con Mata de madrugada y desde mi cocina. Sobre todo para que me presentara a Cora. La chica con el nombre más guay del mundo despierta expectación. Después hablamos de sus piercings y de mis locuras, que ya necesitan también el consejo de su hermana. Con Mata y su familia me siento en casa, aunque se haya ido a Rumanía.
Mis calles favoritas. Hace unos años mi padre me llevó a su peluquero, el mismo que le pone mechas a Karmele, con la ilusión de que se convirtiera también en el mío. Como con la música y la natación, fracasó. Pero gracias a él descubrí mis calles favoritas. Las que se cuelan por Alonso Martínez, con la suficiente distancia a la sede del PP. Debería visitarlas cada semana.
La bola del mundo. A mis abuelos les guardo el día de visita para que coincida con mi día de mayor ilusión. Suele ser el viernes. Y en este además venía de hacer mi primer programa de tele. Pero a ellos lo que más les impresionó fue que viéramos juntos su bola del mundo. Les señalé Nantes, Budapest y Croacia.
Kenneth. La pasada semana visité Tabarca, donde entrenan los más pequeños del Adarve. Y allí Killer me presentó a un chaval especial. Se llama Kenneth, tiene el cuerpo de Beñat, la clase de Isco y la sonrisa filipina de Ronaldinho. Un chaval tan feliz que no le puedes dejar de mirar. Con gente como Killer y Kenneth, la cantera seguirá siendo la clave del Adarve.
Estar con Pol. Un momento de cada semana es el abrazo con Pol al vernos en la Nuit. A veces se prodiga hasta con un beso, de esos que se dan los futbolistas cuando celebran un gol, y a veces no. En esta semana estuvimos juntos en el parque y hablamos hasta de política, pero le tuve que parar con una broma. Se nos da mejor vacilar. Aunque espero haberte comprado el voto.
Zidane y Angie. Arrancar la semana con la vuelta de Zidane fue mejor que despertarse un martes. Porque Zizou demostró que las personas que te quieren siempre vuelven. Y además en el momento que más los necesitas. Como agradecimiento, le fui a ver el sábado. Me acompañó Angie, que no sabe mucho de fútbol, pero lo pasamos genial en su primera vez en el Bernabéu.