Por Gloria Arroyo Moreno, segundo premio del I Concurso de Relato Corto de Peñagrande en categoría adultos.
Llueve sobre el Barrio, otra vez.
Y se borran las pisadas y se renueva el aire.
Y el amanecer mojado trae recuerdos de mi infancia, de saltar en los charcos, de embarrarse, de no sentir nunca tristeza, de no pensar en mañana, de no ir más allá.
Llueve sobre el Barrio, otra vez, pero ya no soy la misma, en algún lugar de esas calles, dejé, no sé cuándo, mi inocencia enterrada.
Ya no creo en nada, ni en nadie, pero una vez, no hace mucho, creía en todo y en todos y reía cada mañana y cogía nubes con las manos.
Miro al cielo que tapa la luz, y no veo nada, sólo siento que es aquí donde debo estar.
Porque, quizás, es la hora de volver a creer, de sentir de nuevo, de suspirar más hondo y más profundo.
De dejar atrás todo, de encontrar lo que perdí, de sentir de nuevo.
Llueve sobre el Barrio, otra vez, pero yo ya no lloro, sonrío, mientras veo como la vida, para mí, comienza de nuevo.