Mata y Maiki fueron los primeros amigos con los que viajé fuera de España. Una casualidad que fueran los mejores. Viajamos para pasar un verano en Inglaterra, en el que hablamos de nuestras primeras novias y empezamos con las batallas de gallos. En este viaje también rapeamos, para gloria de Anina y Cora.
El jueves pasé la noche entera con Maiki en un aeropuerto. El plan ideal si echas de menos a un amigo. Ahí recordé que la mitad de mi vida la planeé con él en la última fila, y que los que escuchan, como Maiki, siempre molan más. Lo único que le falla es que no se casaría descalzo.
Al día siguiente nos recibió Mata en Timisoara, que cambió su adosado de Mirasierra por compartir una habitación de 5 metros con un desconocido. Mata es un líder por ser auténtico y valiente. Una vez se hizo una brecha en una discoteca y le llevaron al hospital, estaba lleno de sangre y todos preocupados. La doctora le dijo que le tenían que dar trece puntos en la cabeza. Él respondió riéndose que ni hablar de lo de los trece puntos, que le dieran doce o catorce, pero trece no. La gente valiente y auténtica suele tener suerte. Por eso le tocó compartir habitación con Xabi.
Allí nos presentó a sus colegas, que yo no hubiera elegido mejor. Si fuera una chica saldría con Pedro y con Palla, con los dos a la vez. Y si fuera chica sería de Annecy y jugaría en el Alevín Femenino del Adarve.
El sábado estuvimos en una fiesta de pastilleros en la que todos iban puestos de pastillas pero allí solo bebían latas de cerveza. Para disimular. En mitad de la fiesta me puse a hablar con una chica porque ella de mayor sería vicepresidenta del gobierno. Se llama Ana, y me sacó del ruido de la música para decirme que su hermana Gabriela es la novia de Manuel Jabois, mi escritor favorito. A mí me salió ponerme a llorar. Solo voy a hacer los deberes para que Manu me mande Malaherba firmado. A cambio Ana yo te enviaré un cartabón.
Mata y Maiki siempre serán mis mejores amigos, aunque no volviésemos a hablar en la vida.
Fuente Imagen: La foto la hizo Anita