Que Madrid tiene lugares muy interesantes en los que poder disfrutar del paisaje de la capital en las horas claves del día no es ninguna sorpresa. Encontrar en el centro de la villa un lugar de calma y tranquilidad no es sencillo, pero solo basta con situarse en un lugar elevado, con vistas al cielo y con una panorámica de fondo que valga la pena contemplar. Muchos negocios de restauración buscan este tipo de perfiles a la hora de hacerse con un local y ofrecer de esta forma una opción diferente al público.
La Terraza Sabatini cumple con todas estas funciones. La azotea del hotel ApartoSuites Jardines de Sabatini se ha convertido en uno de los enigmas mejor guardados por los madrileños en su oferta de entretenimiento. Desde ella podrás contemplar el Palacio Real de Madrid en todo su esplendor. Cuando llega el atardecer y cae la noche, el panorama enamora con la mira puesta también en el Templo de Debod. El ambiente chill-out lo envuelve todo en la época veraniega, que es en la que más solicitado se encuentra con su servicio de bar-coctelería.
Este terrado pertenece al distrito de Moncloa-Aravaca, en los Jardines de Sabatini, pero forma parte de la confluencia entre el distrito Centro y los barrios Universidad, Puerta del Ángel y Manzanares. Está en medio de todos ellos y a la misma vez en ninguno, en una zona en la que la oferta de ocio es más reducida. El sector de tiendas de Sol queda algo alejado, lo mismo que el salón de juego más destacado del centro. Más próxima al lugar hay una escape room para los más aventureros. La Terraza Sabatini es el nexo de unión con el centro de la ciudad y conforma un buen complemento para terminar un día dedicado al tiempo libre.
Pasión por los coches y ofertas para eventos
Los transeúntes y turistas que pasan cada día por el edificio donde se encuentra la Terraza Sabatini no se imaginan qué otra sorpresa nos tiene preparado este lugar. Pasamos de la parte más alta a la más baja, los sótanos. En ellos se encuentra una fantástica colección de vehículos antiguos y clásicos de Madrid. Una exposición de reliquias privadas de los años 20 en adelante perteneciente a una familia que ha decidido sacarlos de su escondite para enseñarlos al público. Los clientes del hotel tienen asegurado disfrutar de esta experiencia y en momentos puntuales se celebran jornadas de puertas abiertas para el resto de la ciudadanía.
En esta sala-museo se cuidan todos los detalles al máximo. El ascensor está decorado como una máquina del tiempo que nos transporta al siglo XX y nos enseña cuáles eran los medios antiguos para conducir. Y es que por entonces tener un automóvil era más un lujo que algo fundamental como lo es hoy en día. Es por esto que un intrépido coleccionista decidió guardar una treintena de coches, que por unas razones u otras marcaron una época en el territorio español. Sus descendientes cuidan ahora de ellos como si fueran algo más que máquinas, que en el fondo lo son. Son historia.
Las paredes están decoradas con fotos de la época y recortes de periódico en los que se muestran algunos de estos vehículos. Una hemeroteca que acompaña a ancianos del automovilismo como el Ford T, el más antiguo de todos y que data del año 1915. Le acompañan el Hispano-Suiza y el Cadillac, ambos utilizados por la aristocracia madrileña hacia los años 20 y los 40 respectivamente, y que no contienen ningún elemento eléctrico. Así hasta un sinfín de reliquias que dejan a los visitantes con la boca abierta.
El museo también entra en el catálogo de eventos que cualquiera puede celebrar en la Terraza Sabatini. Lugar indicado para celebraciones de empresa o presentaciones de algún producto. Para algo más informal al aire libre está la propia azotea, pero también el hotel cuenta con varias salas de reuniones según el número de participantes en el evento. Conferencias, congresos o cursos de formación entran dentro de las posibilidades, junto a cenas empresariales. Su servicio de restaurante así lo permite, con descuentos para aquellos que efectúen su reserva con antelación.
En definitiva, el terraceo no puede faltar en Madrid en ninguna época del año y más con los cambios de tiempo que se avecinan próximamente. En la Terraza Sabatini tienes una posibilidad bastante interesante para abstraerte de la rutina. Además, lo puedes hacer en el momento del día que prefieras. En las primeras horas de la mañana el sol calentará un delicioso brunch que está disponible en su restaurante. Bollería y zumo para el desayuno o pasta, arroz, carne y pescado para el almuerzo. Todo es cuestión de gustos porque la calidad está garantizada.
Pero es en la tarde cuando se pueden disfrutar de las mejores vistas y de cómo se ilumina el Palacio Real. Entonces hacen acto de presencia los cócteles y combinados y el catering más exquisito de los Jardines de Sabatini. La Terraza Sabatini se ha ganado el ser uno de los elementos más destacados de la actualidad en Moncloa-Aravaca. Tú eliges como quieres disfrutar de un agradable día en Madrid.