Loquesí y loquenó #20

Lo que me ha hecho feliz y lo que no de esta cuarentena.

Lo que sí

Las comidas de mi madre. Para que estemos más felices mi madre se ha propuesto convertirse en una estrella de la cocina. Ha hecho croquetas por primera vez, llama a mi tía (la experta) para probar sus recetas y adorna todos sus platos con varias hojitas de perejil.

Lo que he escuchado. En estas semanas he descubierto mucha música y también me he reenamorado de la anterior. El primero fue Ed Maverick, un rarito mexicano. Después Yoke Lore; al principio me llamaron la atención sus dibujos y ya caí en sus canciones. Luego Tomppabeats, música psicodélica de una friki. Ahora estoy con lo nuevo de Peach Pit, siempre lo mejor. He vuelto a Beirut y a Bon Iver cada día, como si estuviera rodeado de nieve en la casita de Wisconsin de Justin Vernon. Por las noches me acuesto escuchando los doce temas de los Livin Rööm, los tenéis en mi Instagram si buscáis.

Lo que he visto. He visto muchas cosas. Lo más sorprendente, al asomarme cada día por mi ventana. Pero vi “Mountain”, un documental precioso sobre las montañas; “Paddleton”, una historia bonita de Netflix; “Los dos Papas”, y desde ese día soy más creyente; “Meyerowitz stories”, malísima, y “Vida privada”, con buenos ratos de guion. De rutina me pongo episodios de “Mad Men”, ya que no juega Benzema me busqué un nuevo ídolo. Con los peligros que Don Draper conlleva.

Lo que he leído. Terminé “11,99”, con el que descubrí a Beigbeder; leí diez relatos geniales de Carver, apunto “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna y ahora estoy con “Sábado, domingo”, de Ray Loriga. También estudio un libro de filosofía de Gibran, otro de Periodismo de Ramonet, uno de Historia del mítico Gijs y otro de banderas, para ganar a mi padre en reconocer todas las del mundo.

Los retos con Joaka. En casa también se puede hacer el estúpido. Si lo piensas, incluso más. Los retos con Joaka son los únicos horarios por los que me rijo. Si nos dieran una cuarentena más la pasaríamos detenidos.

Lo que he hecho. Aparte de escribir y pensar muchas tonterías, llamo todos los días a mis abuelos. Estoy mandando cartas a la gente que nos ayuda, hice un directo de Instagram con el Adarve y hoy he narrado para Onda Madrid un gol de un sanitario. He acabado varios cursos de Google y me he tomado en serio los RAC de mi universidad, por los lobos de Yellowstone. Pero vamos, sobre todo le pego al Fifa.

Lo que no

La gente que se va. Lo que más duele es la gente que se va. Porque irse siempre suele ser injusto. Además las muertes en este tiempo pierden significado. Es como si contaran menos, al darlas por hecho. Sin despedidas, con un dolor coartado al contexto, sin su protagonismo.

Lo que echo de menos. Darle mazo besos en la mejilla a mi madre. Ir a comer los viernes a casa de mis abuelos y jugar con ellos al dominó. Bajar a dar una vuelta con Marce, aunque le vea todos los días. Jugar al pádel con Joaka y volver juntos en su coche. El primer abrazo con Jimeno. Salir todos todos juntos a la Nuit. Conducir mi Ferrari. Pasar otra noche más en el Ritz.