La manifestación de vehículos celebrada el pasado sábado 23 de mayo por el centro de Madrid generó un desmesurado aumento de la contaminación por NO2 del entorno, llegando a triplicar los niveles diarios durante la cuarentena y superar los niveles medios de cualquier sábado habitual previo a la irrupción del COVID-19.
El recién publicado informe «Impacto ambiental de la manifestación ‘Caravana por España y su libertad’ celebrada en Madrid» analiza los datos aportados por la estación medidora de contaminación más cercana al recorrido de la manifestación, que reunió a unos 6.000 vehículos en un recorrido circular formado por cuatro calles del barrio de Recoletos, en el centro de Madrid.
En los gráficos aportados en el informe se muestra un grave incremento de los niveles de polución por dióxido de nitrógeno (NO2) y óxidos nitrosos (NOx), coincidiendo con las franjas horarias en que se desarrolló la protesta, llegando a triplicar los valores horarios previos. Los óxidos del nitrógeno están considerados el principal contaminante emitido por los motores de combustión de los vehículos.
«Conforme se iba intensificando la presencia de tráfico en el entorno de la estación medidora aumentan los niveles de contaminación ambiental por NO2 y NOx, cuyas tendencias son paralelas y alcanzan un máximo a las 14 horas, cuando, según informan los medios de comunicación, colapsó el tráfico en todo el recorrido de la circulación, derivando en un gran atasco. Se observa como estos datos descienden bruscamente en las dos siguientes horas, una vez se va recuperando la normalidad del tráfico», afirman los autores.
El informe también demuestra cómo la cuarentena ha generado un importante descenso de los niveles de contaminación ambiental causados por ambos contaminantes, fruto del descenso en el tráfico rodado de la ciudad de Madrid, reduciendo de media un 50% la presencia de NO2 y NOx en el entorno de la estación de Escuelas Aguirre, situada en la confluencia entre las calles Alcalá y O’Donnell.
