Agosto

Agosto siempre fue un mes grave en el calendario. Porque tiene más de diciembre que diciembre. Por eso se escriben líneas agudas, como a la desesperada. Por eso se planea una nueva vida.

Yo la planeo cada agosto en el mismo sitio: en el pueblo. Desde la misma cama y hacia la misma ventana, aunque casi nunca he mirado por ella; los abismos son impares. Elegí pensar en agosto y por las noches porque a esas horas los demás estáis de vacaciones.

Este año no estoy en el pueblo pero a cambio he descubierto las mañanas. En realidad he descubierto el pádel. Me bajo a desayunar, me recogen en coche, nos reímos de nuestras vidas y de las vuestras y entramos a la pista. Al pádel se juega en pareja, a la sombra y es el único lugar en el que no te miran mal por ir en polo y calcetines altos.

Como en este final de verano no podré decidir dónde pensar, al menos ya he resuelto sobre qué hacerlo. Este agosto planearé mi nueva vida como el Madrid: sin fichajes. Ya tengo a quién querer, con quién comer y a qué escribir.