El 68% de las chicas de entre 14 y 21 años se han sentido alguna vez atraídas por un chico “malote”.
Por Azul Asenjo Pérez, criminóloga y estudiante de psicología.
Algunas mujeres sienten atracción por los criminales. Este impulso abarca desde la fascinación hasta llegar a enamorarse o incluso a acabar involucradas en la actividad delictiva de ellos. Este fenómeno se conoce como hibristofilia femenina. En la adolescencia, momento en que la persona está formando su representación del mundo, igualmente se observa el interés que despiertan los chicos “malotes” entre ciertas chicas adolescentes. Este fenómeno, en ambos casos, se sustenta sobre un binomio común, en el que él ha realizado acciones en la frontera o ha sobrepasado el cumplimiento de las normas y ella adopta sentimientos y comportamientos acordes con la imagen positiva y distorsionada que se ha formado de él.
Estos son algunos de los resultados de un estudio llevado a cabo en España, en el que mayoritariamente han participado chicas adolescentes de catorce a veintiún años del distrito de Fuencarral-El Pardo (Madrid), en el que se relacionan las características principales de la hibristofilia, hasta ahora estudiadas en la atracción, a nivel macro, que sienten ciertas mujeres hacia criminales en general y asesinos en serie en particular, con la fascinación de algunas chicas adolescentes por los chicos “malotes” observada a nivel micro. El estudio arroja las siguientes conclusiones:
- El 68% de las chicas adolescentes se han sentido en algún momento atraídas por un chico “malote”; es decir, por aquellos chicos que adoptan un comportamiento generalmente contrario o en el límite de las normas sociales establecidas, molesto y reprobable para las instituciones al ser una persona problemática, gamberra y que se mete en problemas.
- Esta atracción generalmente es puntual y se da entre los 13 y los 15 años decayendo de forma acusada y tiene poca presencia al entrar en la edad adulta.
- “Ser gracioso y vacilón” es el elemento que despierta mayor interés para las chicas adolescentes, seguido del “aspecto físico», “hacer lo que le da la gana sin importarle las consecuencias” y “llamar la atención por sus actos”.
- Cerca de una de cada diez adolescentes se formaron una imagen idealizada de él: “pensaban que en el fondo era un buen chico” y “estaban convencidas de ser la persona que mejor le entendía”. Al mismo tiempo adoptaron un fin redentor al “querer cambiar la forma de ser de él”.
Además de lo apuntado con anterioridad, las relaciones con chicos “malotes” pueden acarrear consecuencias negativas para las adolescentes. Durante su relación, cerca de la mitad estuvieron dispuestas a “faltar repetidas veces a clase o al trabajo”, a “pegarse con otra persona” (violencia) y a “mentir a las autoridades para protegerle a él» (encubrimiento). Además, reconocen haber sido víctimas de algún tipo de violencia de género durante dicha relación siendo el abuso psicológico el más común.
En suma, la hibristofilia que se da entre algunas adolescentes hacia chicos “malotes” es un fenómeno de atracción pasajero, se trata de un sentimiento mayoritario y natural ligado a una primera etapa de la adolescencia, donde aparecen las primeras manifestaciones de la sexualidad y la propia construcción del mundo, a caballo entre lo permisible y lo inadmisible.
Estudio de la hibristofilia en mujeres: de asesinos en serie a chicos “malotes”, Azul Asenjo Pérez, 2021.