La Guardia Civil desarticula una red delictiva dedicada al robo de cobre por todo el territorio nacional. Los diez detenidos residían en un poblado chabolista en Fuencarral.
Llegaron a sustraer más de 28.800 kilos de cable de cobre por todo el país y lo almacenaban en un poblado chabolista situado en Fuencarral. Los diez integrantes detenidos operaban en el propio distrito de Fuencarral-El Pardo y San Blas, además de la localidad de Getafe y de otras provincias como Badajoz, Cáceres, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Salamanca, Segovia, Toledo, Valencia, Valladolid y Zamora.
Los autores, con edades comprendidas entre los 18 y los 40 años, llegaron a sustraer más de 28.800 kilos de cable de cobre, que, junto con los daños causados en las instalaciones a las que accedieron por la fuerza, el valor superaría el medio millón de euros. Se les acusa de delitos de robo con fuerza en las cosas, pertenencia a organización criminal y robo con violencia e intimidación.
La operación ha concluido con la detención de estos individuos en un poblado chabolista situado en la calle Antonio Cabezón, ubicado en los futuros terrenos de la Operación Chamartín, en el barrio de Fuencarral (Valverde).
Hasta allí se han desplazado agentes del Puesto de la Guardia Civil de Utiel y el Equipo ROCA de la Guardia Civil de Requena, guiados por agentes de la Unidad del Distrito de Fuencarral de la Policía Municipal de Madrid. En los registros practicados se han intervenido diferentes herramientas utilizadas para el acceso a las instalaciones donde cometieron los delitos.
Así robaban el cobre
La operación ZAUN se inicia en el municipio de Utiel (Valencia), después de cometerse el robo de varios metros de cable de cobre en una subestación eléctrica. Para ejecutar el robo no dudaron en agredir al vigilante de seguridad que custodiaba la instalación. Posteriormente se produjo otro robo de las mismas características en una planta fotovoltaica del municipio de Caudete de las Fuentes, en la misma provincia.
A lo largo de la investigación, los agentes descubrieron que los ahora detenidos no se habían limitado solo a cometer los delitos en Valencia, sino también en diferentes localidades de otras diez provincias. Escogían como sus principales objetivos plantas fotovoltaicas, cooperativas agrícolas, depuradoras, fábricas y naves industriales, y ocultaban el material robado en cementeras o canteras donde posteriormente quemaban el cable para deshacerse del revestimiento de plástico, para después revenderlo.
Los miembros de la red, que principalmente dedicaban su actividad al robo de cable de cobre, Los autores, una vez en el interior del recinto donde iban a cometer el robo y para sustraer una gran cantidad de cable de una forma rápida, enganchaban el extremo de cable de cobre que deseaban obtener en un vehículo y lo ponían en movimiento. Los vehículos utilizados para este fin eran de la propia instalación o, en algunas ocasiones, los habían sustraído antes del robo.