Por Pilar Perea, concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid
El Teatro de Madrid es un edificio grande y vacío. Vandalizado, pintarrajeado y abandonado. Preside la plaza de la Vaguada, que se resiente ante esa construcción sin uso que mira, desde arriba, amenazante.
A esta terrible situación se ha llegado por la suma de confluencias poco felices, que comienzan con su cierre en 2011, que iba a ser temporal mientras se abordaban las obras imprescindibles para que el edificio pudiera reabrirse con plenas garantías. Pero esas obras se convirtieron en inabarcables y el cierre se convirtió en indefinido.
Durante el Gobierno de Manuela Carmena, el Área de Cultura y la Junta de distrito estudiaron fórmulas para dar salida a este bloqueo. Se impulsó la segregación de las oficinas del Teatro (los dos primeros arcos de la arquería de la plaza del parque de la Vaguada) para armar el proyecto “Territorio Circo” en colaboración con el Circo Price.
Con Almeida en la Alcaldía y Ramírez en la Junta, ese proyecto, por desgracia, se tira a la papelera y se avanza en la fórmula de la gestión privada. Y es así como en diciembre de 2021 el PP anuncia que ha elegido a una empresa gallega para recuperar y explotar el teatro, a pesar de que carece de la más mínima experiencia cultural y se dedica a gestionar salas de fiesta.
Desde Más Madrid revisamos esa oferta, presentamos alegaciones y advertimos que el proyecto no deja claro qué actividades se van a llevar a cabo en el teatro, pero sí detalla que las oficinas se van a destinar a… ¡un restaurante de alta gama! Gana la hostelería exclusiva, pierde la cultura.
Más allá de la preocupación que nos causaba la idea, cuando comenzó a concretarse en su tramitación, en mayo del pasado año, los propios servicios municipales detectaron deficiencias bastante serias en el proyecto, irregularidades que podían afectar a la viabilidad del negocio. Y para colmo, la empresa ni siquiera especificaba qué obras iba a ejecutar para devolver el teatro a un estado que permitiera su funcionamiento, proponiendo una inversión que, a ojos de quienes están familiarizados con el estado del inmueble, es claramente insuficiente.
Pues bien, a pesar de todas estas objeciones y sin que la empresa llegara a incorporar todas las recomendaciones dictadas por los servicios municipales, el estudio resultó aprobado por la Junta. ¿Qué implica esto? Que en la futura licitación del teatro esta empresa contará con una puntuación extra respecto de otros concursantes. Es decir, la Junta premia con una ventaja competitiva a una empresa que presenta un plan de negocio cuya viabilidad está puesta en tela de juicio por los propios servicios municipales.
Pero aún queda, como mínimo, una vuelta de tuerca más en este asunto. Revisando la documentación municipal, en Más Madrid nos enteramos que en el mes de julio pasado se presentó otro estudio de viabilidad, en este caso firmado por una empresa dedicada a la producción de musicales y que gestiona en la actualidad los teatros Coliseum y Lope de Vega, en la Gran Vía. Su proyecto de negocio consiste en la programación de musicales y contempla una reforma del edificio muy detallada y de gran alcance.
La Junta rechazó esta oferta y ni siquiera la sometió al análisis de los servicios municipales, sino que la desestimó porque las condiciones que planteaba no resultaban de interés del gobierno de Almeida.
¿Y cuáles son esas condiciones diferentes? En ambos casos, la realización de la obra corre por cuenta de la empresa ganadora, la explotación se realiza mediante la venta de entradas y el inmueble revierte a la Junta al final de la concesión. Pero en el caso de la empresa gallega la concesión es por 40 años, mientras que la empresa que se rechaza plantea una concesión de 20 años. Veinte años de regalo sin motivo alguno que justifique esta diferencia, que corre por cuenta del interés general.
Hablamos, en fin, de un cúmulo de anomalías y decisiones inexplicables que, a simple vista y sin necesidad de ser experto, resultan del todo incomprensibles. Por eso, Más Madrid ha solicitado la comparecencia de Javier Ramírez en el pleno de la Junta Municipal el próximo martes para que aclare la situación, detalle las decisiones tomadas y explique los hechos objetivos que las justifican, de manera que se arroje luz sobre todo este embrollo.