El nacimiento de un hijo es uno de los momentos más importantes en la vida de una familia. Tras la gestación, todas las esperanzas y cuidados son depositados en el momento cumbre del parto. De ahí que se espere una resolución favorable, digna y sana para que el encuentro del bebé con el mundo exterior sea todo lo feliz que merece. Sin embargo, cuando se produce una negligencia médica en parto, ese momento puede convertirse en una pesadilla.
Si no sabes qué es una negligencia médica en el parto, a continuación te lo contamos con detalle. Además, podrás saber cuáles son los errores más comunes que afectan tanto a la madre como al bebé, y qué pasos legales se deben seguir si se sospecha haber sido víctima de una mala praxis.
¿Qué es una negligencia médica en el parto?
Ocurre cuando un profesional sanitario, ya sea médico, enfermera, matrona, etcétera, no cumple con las normas y estándares de atención exigidos, provocando un daño que podría haber sido evitado tanto en la madre como en el recién nacido.
Esto puede ser debido a un error, una omisión o una mala decisión durante el proceso del parto, lo que afecta, gravemente, a la salud de una o ambas partes.
Para que pueda ser considerada negligencia, se debe demostrar que el daño podría haberse evitado si se hubiera brindado la atención adecuada y conforme a la normativa vigente.
Las negligencias más comunes producidas durante el parto
Tanto la madre como el bebé son susceptibles a sufrir las consecuencias de una inadecuada actuación durante el parto. Entre las más comunes:
Para la madre
- No llevar el control o seguimiento adecuado del progreso del parto o no tomar las medidas necesarias ante una dilatación que no avanza.
- Errores en la administración de la anestesia epidural, como dosis incorrectas. Esto puede derivar en complicaciones graves, especialmente en el sistema nervioso.
- Retraso en la intervención por cesárea. Si no se toma una decisión a tiempo, se pone en peligro la vida de ambos.
- Hemorragias postparto que no son tratadas de inmediato.
Para el bebé
- Falta de oxígeno (hipoxia) o asfixia perinatal. Suele aparecer por retrasos en la atención o errores al usar los fórceps o ventosas. Esto puede provocar daños cerebrales permanentes.
- Distintas lesiones durante el uso de instrumentos para la extracción. Pueden ir desde fracturas de huesos, lesiones en el cráneo o daños en el sistema nervioso.
- Errores al no detectar e identificar el sufrimiento fetal. La madre debe estar monitorizada convenientemente para poder descubrir y actuar rápidamente si existe alguna señal anómala en el ritmo del bebé.
¿Qué hacer si comprobamos que hemos sufrido una negligencia médica en el parto?
Si sospechas que tú o el recién nacido habéis sufrido una negligencia médica durante el parto, lo más importante es actuar lo más rápido posible, siguiendo estos pasos iniciales:
- Busca una segunda opinión médica.
- Recopila todos los informes, resultados de pruebas, analíticas y cualquier registro relacionado con el parto.
- Solicita asesoría legal especializada. Contacta con un abogado experto en negligencias médicas que pueda asesorarte sobre tus derechos y te vaya guiando a través de los pasos legales que debes seguir a partir de entonces.
La negligencia médica en el parto puede tener consecuencias devastadoras para la madre y el bebé. Por eso, si cree que ha sido víctima de una mala praxis, es esencial actuar con rapidez, buscando el asesoramiento legal preciso. Aunque el proceso legal pueda ser largo, con los profesionales adecuados, se podrán afrontar las secuelas emocionales y físicas de la mejor manera posible.