Siguiendo la tradición, este fin de semana se celebra la Romería de San Eugenio en el Real Sitio de El Pardo, que reune a romeros y romeras de todo Madrid para subir el Santo hasta el Cristo.
Con la llegada del invierno, y coincidiendo con el tercer domingo del mes de noviembre, las calles de El Pardo se llenan de romeros y romeras para celebrar el día de San Eugenio, convirtiéndose este Real Sitio en punto de encuentro de los vecinos y personas llegadas de diferentes puntos de nuestra Comunidad y de fuera de ella.
Este año, la Romería se celebra este domingo, 16 de noviembre, con un programa semejante al del resto de años que puedes descargarte aquí.
A las 11:30 se realizará el pregón en el templete del parque de la Mar Oceana a cargo de Araceli Martín Ariza, de la Cofradía de San Eugenio. A continuación, a las 12 se pedirá el Santo en la puerta del Convento de las Madres
Concepcionistas Franciscanas.
Desde ahí, se traslada el Santo hasta el Cristo, y si el tiempo lo permite, se realizará la tradicional misa de campaña en el Monte de El Pardo. Si no lo permite, se realizará en la Parroquia de la Inmaculada Concepción.
A las 14.30h, la Junta Municipal ofrecerá una degustación de migas y sangría en ese punto, y a las 17 horas retornará el Santo al convento.
La celebración tiene su origen en una leyenda. Se cuenta que un 15 de noviembre Felipe IV se perdió persiguiendo un jabalí mientras estaba cazando en el monte de El Pardo. Entonces se encontró con un hombre al que vio cómo robaba bellotas de una encina cercana. Cuando el rey le preguntó qué hacía, el hombre le contestó que se veía obligado a robar las bellotas para poder dar de comer a su familia porque el conde duque de Olivares era muy ambicioso y administraba muy mal el Estado.
En ese momento llegaron el citado conde duque con su esposa en busca del rey. El hombre, al enterarse de a quien estaba hablando pidió piedad al monarca. El rey le dio unas monedas y le dejó marchar. Y, en recuerdo de aquel suceso, el rey concedió a los madrileños que cada 15 de noviembre pudieran ir al Pardo a recoger todas las bellotas que pudieran cargar. Con el tiempo, el ir a recoger bellotas se convirtió en la última fiesta campestre del año, aprovechando el privilegio real que permitía a los madrileños acceder a un recinto vedado el resto del año.
Esta es la única romería que no se celebraba en torno a una ermita o capilla. La fiesta desapareció en 1940 cuando el palacio de El Pardo pasó a ser la residencia del jefe del Estado, pero se recuperó en 1993. Desde entonces, se organizan diversas actividades, como bailes, en los que participan los asistentes vestidos con trajes goyescos u otros trajes regionales -todas las asociaciones pueden participar-, o distintos juegos.